SEÚL.- Corea del Norte sigue sin reportar un solo caso de coronavirus tras activar medidas de prevención muy estrictas, plan que ya de por sí le supondrá un gran coste económico y que de no funcionar puede deparar una importante crisis sanitaria en el empobrecido país.
Hoy mismo el régimen anunció que ha puesto a 3.900 personas en observación médica debido a que muestran síntomas similares a los que provoca el virus, lo que eleva el número de pacientes bajo vigilancia en el país a unos 7.000 y hace temer que el patógeno puede haber logrado esquivar los bloqueos implementados.
ADIÓS AL TURISMO
Hacia finales de enero, mientras en Wuhan se anunciaban ya casi 600 contagios y en Corea del Sur se reportaban los primeros casos traídos desde China, el régimen decidió actuar rápido y cerrar las puertas al turismo, importante fuente de ingresos para un país cercado por las sanciones internacionales.
La web especializada NKNews ha estimado que Corea del Norte recibió en 2019 una cifra récord de turistas chinos -en torno a unos 350.000, el 95 % del total-, lo que habría supuesto unos 175 millones de dólares (158 millones de euros) para las arcas del empobrecido Estado asiático.
Poco después llegó el cierre prácticamente total de fronteras terrestres y rutas aéreas con Rusia y China, lo que ha permitido la entrada de muy poca gente desde entonces, la mayoría seguramente norcoreanos que se encontraban fuera dado que el régimen ha impuesto cuarentenas de un mes (el doble de tiempo que en el resto de países) a todo que el que entre.
Esto complica la llegada de productos básicos de China (que se cree absorbe el 90 % de los intercambios comerciales de Corea del Norte) debido a las exhaustivas operaciones de desinfección que se están implementado para mercancías importadas del país vecino.
INVERSIONES COMPROMETIDAS
También supone un duro golpe para la inversión directa, que de nuevo procede principalmente de China, ante la súbita imposibilidad de mantener contactos personales transfronterizos, según señala June Park, economista política basada en Seúl.
«La situación generada por el coronavirus agrava el panorama -que ya es complicado debido a lo prolongado de las sanciones- en cuanto a inversión».
La tradicional falta de transparencia del régimen, que no publica indicadores macroeconómicos, hace difícil a su vez estimar cuál puede ser el alcance del daño económico para el producto interior bruto norcoreano.
«Todo lo que puedo decir es que la recesión económica se vería exacerbada por el coronavirus», comenta la analista Park.
NI UN SOLO CASO, PERO MILES EN OBSERVACIÓN
Precisamente esa opacidad norcoreana hace que de momento no se haya podido verificar si efectivamente aún no se ha detectado ningún caso activo dentro de sus fronteras, aunque la propaganda ha admitido que ya hay 7.000 personas que, todo apunta, estarían en cuarentena doméstica.
La simple batería de medidas para aislar al país del exterior y las adoptadas a nivel doméstico -desde el cierre de flamantes balnearios recién inaugurados hasta prohibir grupos grandes en restaurantes o mantener a 380 diplomáticos foráneos en cuarentena pese a que muchos llevan tiempo sin abandonar el país- da una idea de lo vulnerable que se siente Corea del Norte ante un problema como este.
El régimen norcoreano, de hecho, ya cerró sus fronteras durante cuatro meses con motivo de la epidemia de ébola en África occidental en 2014-15.
DEFICIENCIAS SANITARIAS
Informes de entidades privadas u organismos de la ONU subrayan las deficiencias del sistema sanitario en Corea del Norte, donde, por ejemplo, UNICEF destaca una importante contraste entre los servicios que ofrece Pionyang en comparación con zonas rurales.
En estas zonas rurales, apunta un estudio de la fundación surcoreana de derechos humanos NKDB, las condiciones de higiene son muy malas en las instalaciones médicas, que en muchos casos pueden tener problemas con el suministro eléctrico o de agua.
A su vez, un informe de seguridad sanitaria global de la universidad estadounidense Johns Hopkins situó a Corea del Norte como uno de los países peor preparados del mundo para evitar la propagación de una enfermedad infecciosa, solo por delante de Somalia y Guinea Ecuatorial.
UN CERCO DE SANCIONES
La situación en Corea del Norte queda además exacerbada por el régimen de sanciones debido a los castigos impuestos por la comunidad internacional.
Es lo que explica el doctor Kee Park, que como director del programa de intercambio con Corea del Norte de la Asociación Médica Coreanoamericana ha realizado muchas visitas al país, la última en noviembre de 2019.
«El actual régimen de sanciones y la falta de un canal bancario como resultado de las sanciones unilaterales estadounidenses han dificultado cada vez más que los hospitales de Corea del Norte obtengan piezas para reparar equipos médicos y adquieran suministros», dice.
Por otro lado, Park considera que el régimen cuenta con una alta capacidad para diseminar información importante sobre salud pública, a lo que hay que sumar la alta tasa de alfabetización del país.
También considera que Corea del Norte es capaz de fabricar sus propias mascarillas y desinfectantes, «pero podría no serlo para hacer tests de diagnóstico específico para el nuevo coronavirus, desde luego no lo suficientemente rápido como para que sean útiles».
Seguramente por este motivo Moscú anunció esta semana que donará a Pionyang unos 1.500 tests para ayudar a evitar que el coronavirus se extienda entre los 25 millones de habitantes del país vecino.
EFE
Coronavirus en Corea del Norte: Batalla que podría abatir al país
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