(Caracas, 11 de noviembre, 2020).- El abogado laboral, León Arismendi, director del Instituto de Altos Estudios Sindicales -Inaesin-, cuestionó la “ausencia de preocupación” del Estado ante la precariedad del salario mínimo, ubicado en Bs 400 mil, equivalente $ 0,75. “Es el sueldo mensual, un disparate (…) y además ese es el ingreso de los pensionados”.
Acotó que los trabajadores reciben otros Bs 400 mil por cesta tickets “con esa suma es imposible resolver algún problema”.
En entrevista con Eduardo Rodríguez en el programa A Tiempo de Unión Radio, resaltó que el sector privado ofrece a sus empleados mayores sueldos y bonos porque “saben que si no pagan sustancialmente más de eso se quedan sin trabajadores”.
Señaló que el drama es que la mayoría de los trabajadores son del sector público “no sólo de la administración central, gobernaciones y alcaldías, sino también de la educación, salud, sector judicial, y a los que extraoficialmente se ha informado hay una escala nueva escala, cuyo punto de partida es Bs 1.500.000, como $ 3 y en la escala más alta Bs 3.400.000 aproximadamente”.
Agregó que en la agenda de los sindicalistas ha cobrado fuerza la idea de dolarizar las remuneraciones, pero “oyendo a los expertos economistas parece obvio que ese no es el camino, si se dolarizaran los sueldos y son estos que tenemos no pasa absolutamente nada”.
“El problema no es si pagas en dólares o bolívares sino cuánto es la retribución”, apuntó.
Diálogo
Explicó que en el informe de la comisión de encuestas de la Organización Internacional del Trabajo –OIT- dentro de las recomendaciones resalta que “los actores sociales, organizaciones de trabajadores, empleadores y el gobierno, mediante un esquema de diálogo, tendrían que evaluar dónde poner la remuneración”.
“La hiperinflación es el gran problema, pero también es la falta de instituciones, de dialogo, de consenso y el mercado de trabajo es muy sensible a eso”, apuntó.
Opina que “sin acuerdos entre las partes es muy difícil que el país se reacomode y pueda reiniciar una recuperación de su economía, por eso se insiste en un proceso de diálogo porque la hiperinflación no nos cayó por carambola, es consecuencia del desastre económico”.