(Caracas, 10 de diciembre de 2020. Redacción María José Frontado). – La fotógrafa documentalista independiente con experiencia trabajando sobre temas políticos, sociales y culturales, Azalia Licón fue la invitada del cuarto capítulo del seriado “Navidad Venezolana: ingredientes que la definen”, dedicado a las tradiciones navideñas.
Comentó que en un principio las patinatas y gaitas intercolegiales se fueron integrando a las tradiciones venezolanas navideñas, “nacen en la década de los años 50 sobre todo en Caracas, después de las celebraciones litúrgicas los niños recibían su Niño Jesús con patines, bicicletas, triciclos y todos estos juguetes iban a la calle a celebrar abiertamente con sus padres”, dijo.
Explicó que a partir de estas celebraciones en el espacio púbico empezaron a surgir los bazares navideños, “comenzaron a compartir la comida típica tradicional de esa época, hallaca, bollo y los dulces”.
Señaló que a su parecer en las regiones andinas las tradiciones son un poco más arraigadas, “son más entregadas al fervor de lo que es la celebración de la navidad bajo la figura del Niño Jesús y hacen nacimientos vivientes”.
Relató que en Mérida existe una tradición después del primero de enero donde realizan el robo del Niño Jesús que consiste en ‘secuestrar’ a la figura del Niño y la de San Juan, “el dueño de la casa decide hacer una paradura, en medio de la misma uno de los vecinos de la comunidad se lleva al Niño a otra casa, luego se inicia la búsqueda, realizan unas parrandas con cantos característicos de la época hasta que lo encuentran y lo regresan a su hogar”.




