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Conmoción entre líderes mundiales que piden una transición ordenada en EE.UU.

(Redacción Internacional, 7 enero, 2021).- Tras el estupor y la preocupación con la que han seguido el asalto al Capitolio por parte de seguidores del presidente estadounidense, Donald Trump, líderes de todo el mundo han apelado a la calma y a una transición de poder ordenada en Estados Unidos.

La condena de los disturbios, a tan solo dos semanas para que el demócrata Joe Biden dé el relevo a Trump, ha sido unánime entre dirigentes de distintas orientaciones políticas, que han expresado su preocupación por la salud de la democracia estadounidense.

La mayoría, incluido el propio Biden, responsabilizan de lo ocurrido a Trump por haber arengado a sus seguidores para llevar a cabo lo que definió como «un asalto sin precedentes» a la democracia y una «insurrección» que «roza la sedición».

Desde el Reino Unido, el principal aliado de EE. UU. en Europa, el primer ministro británico, Boris Johnson, calificó de «vergonzosas escenas» las que pudieron verse durante el asalto al Capitolio y reclamó un traspaso «pacífico y ordenado del poder» en ese país.

Los líderes de las instituciones de la Unión Europea (UE) expresaron su preocupación y conmoción y confiaron en que Estados Unidos asegure que se respetan las reglas de la democracia y el traspaso pacífico de poder.

«El Congreso de Estados Unidos es un templo de la democracia. Presenciar las escenas de esta noche (miércoles) en Washington D.C. es una conmoción. Confiamos en que Estados Unidos asegure un traspaso pacífico de poder a Joe Biden», expresó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

También la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se refirió a «la fuerza de las instituciones y democracia estadounidenses», en cuyo núcleo está «una transición pacífica del poder», y recalcó que Biden «ganó las elecciones».

«Se debe respetar el resultado de esta elección democrática», señaló por su parte el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

Desde la vecina Canadá, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, señaló que sus compatriotas «están gravemente preocupados y entristecidos» por lo ocurrido y subrayó que «la violencia nunca triunfará al anular la voluntad del pueblo».

En la misma línea, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, mostró su confianza “en la fortaleza de la democracia de EE. UU.» y apuntó que, con la nueva Presidencia de Joe Biden, el país «superará la etapa de crispación uniendo al pueblo estadounidense».

Para el jefe del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, «la violencia es incompatible con el ejercicio de los derechos políticos y las libertades democráticas».

Condena unánime en América también, incluso en Venezuela, donde el Ejecutivo de Nicolás Maduro, expresó que «con este lamentable episodio, Estados Unidos padece lo mismo que han generado en otros países con sus políticas de agresión».

Y dentro de Estados Unidos, expresidentes, congresistas y otros dirigentes políticos, tanto demócratas como republicanos, repudiaron lo ocurrido, y algunos pidieron incluso someter a un juicio político a Trump como responsable de los disturbios.

«La Historia recordará correctamente la violencia de hoy en el Capitolio incitada por el presidente en funciones, quien ha continuado sin fundamentos la mentira sobre el resultado electoral legal, como un momento de gran deshonor y vergüenza para nuestra nación», afirmó el expresidente Barack Obama apuntando a Trump.

Republicano como Trump, el expresidente George W. Bush se declaró «consternado por el comportamiento imprudente de algunos líderes políticos desde las elecciones y por la falta de respeto mostrado hoy por nuestras instituciones, nuestras tradiciones y nuestra aplicación de la ley».

«Es repugnante y desgarrador», dijo Bush sobre la entrada de los partidarios de Trump en el Congreso después de que el presidente dijera en un mitin en Washington que «no concederá nunca» la victoria de Biden en las elecciones del 6 de noviembre y reiterara sus infundadas denuncias de un fraude masivo.

Varios legisladores demócratas pidieron al vicepresidente, Mike Pence, que invoque inmediatamente la Enmienda 25 de la Constitución y destituya al presidente Trump de su cargo, por incitar el caos y la violencia.

Otros solicitaron someter a un juicio político inmediatamente a Trump y expulsarlo de la Presidencia tan pronto como el Congreso reanude sus sesiones.

En una aparente respuesta a quienes señalan a Trump, Ted Cruz, senador republicano por Texas y uno de los que más han apoyado la campaña del presidente para tratar de revertir los resultados de las elecciones, afirmó: «Dejen de difundir el odio».

A la espera de que prosperen o no la peticiones de responsabilidades a Trump, quien continúa negándose a reconocer la derrota, lo cierto es que su presidencia se acerca al fin empañada por un suceso sin precedentes.

EFE

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