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jueves, abril 25, 2024

Magnate singapurense anuncia su salida de Birmania debido al golpe militar

(Bangkok, 9 febrero, 2021).- Un prominente empresario singapurense anunció este martes que venderá sus acciones ligadas a una tabaquera birmana controlada por los militares tras expresar su «grave preocupación» por el golpe de Estado en Birmania (Myanmar).

El milmillonario Lim Kaling, cofundador y director ejecutivo de la empresa de videojuegos Razer, afirmó en un comunicado que se deshará del tercio de las acciones que posee en RMH Singapore, que a su vez posee el 49 por ciento de Virginia Tobacco.

El conglomerado militar Myanmar Economic Holdings Ltd (MEHL) controla el restante 51 por ciento de Virginia Tobacco, el mayor fabricante de cigarrillos en Birmania.

Se trata de la segunda empresa que anuncia su salida de Birmania, después de que la cervecera japonesa Kirin indicara que pondrá fin a sus inversiones en Myanmar Brewery y Mandalay Brewery, empresas controladas también por el Ejército birmano.

«He estado siguiendo de cerca la situación en Myanmar; los recientes eventos me han causado una preocupación grave. En consecuencia, he decidido sacar mis inversiones de Myanmar», dijo Lim.

El emprendedor dijo que comenzó a invertir en Birmania en 1993 para favorecer el crecimiento económico y el empleo «mientras el país se estaba abriendo al resto del mundo», al tiempo que deseó a los birmanos «un trayecto tranquilo y no violento para resolver sus diferencias».

La decisión se produce al día siguiente de que el líder del golpe de Estado y jefe de la junta militar, Min Aung Hlaing, dijera en un discurso televisado que invitaba a las empresas extranjeras a invertir en el país y prometía la continuidad de la política exterior.

La ONG Justice for Myanmar, que ha investigado los intereses económicos de los militares birmanos, inició el domingo una campaña para pedir la dimisión de Lim en Razer si no se deshacía de sus negocios con los militares en Birmania.

En un informe en 2019, expertos de la ONU instaron a las empresas extranjeras a no tener tratos con los conglomerados militares birmanos, ante el riesgo de que esto ayudara al Ejército a cometer «graves violaciones de los derechos humanos con impunidad».

En los últimos días, se han multiplicado en Birmania las protestas callejeras contra los militares, que tomaron el poder el pasado 1 de febrero y que ya habían gobernado con puño de hierro el país entre 1962 y 2011.

EFE

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