(Trípoli, 2 marzo, 2021).- Milicias asociadas al gobierno sostenido por la ONU en el oeste de Libia (GNA) arrestaron a un conocido contrabandista de personas, al que se responsabiliza del asesinato el pasado año de una treintena de migrantes, informaron hoy a Efe fuentes de Seguridad.
Según las mismas, el sospechoso -del que no se ha revelado su identidad- fue interrogado y confesó ser uno de los autores materiales de la muerte de 26 bangladesíes y cuatro subsaharianos, víctimas al parecer de una reyerta con venganza entre milicias dedicadas al contrabando ocurrida en mayo del pasado año en la localidad de Mezdah, a unos 150 kilómetros al sur de la capital.
«El sospechoso fue encontrado en (la localidad de) Gharyan», explicó la fuente sin ofrecer más detalles que el hecho de que se trata de un joven de 23 años de la zona.
La masacre causó una enorme polémica en Bangladesh, ya que destapó una red de migración irregular con varios tentáculos internacionales que condujo a la detención en junio de 2020 de su presunto cabecilla en la capital del país, Daca.
Desde entonces, el Gobierno bangladesí ha presionado a Libia para que buscara a los autores de la matanza, que parece está vinculada con la lucha que las diversas milicias libias mantienen por el control de los lucrativos flujos de migrantes procedentes tanto de Oriente Medio como de los países subsaharianos y países tan lejanos como Bangladesh.
UN NEGOCIO LUCRATIVO
Solo en la última semana, la guardia costera ha interceptado a cerca de 300 migrantes que pretendían cruzar el Mediterráneo de forma irregular a bordo de embarcaciones precarias y los devolvió a puerto pese a que la ONU considera a Libia «un país no seguro».
Desde que comenzó el año, más de 3.500 personas- entre ellas 187 menores- han sido interceptadas en alta mar por la Guardia Costera libia, un cuerpo formado en su mayoría por la Unión Europea y que está bajo la sospecha de distintas organizaciones humanitarias internacionales por sus supuestos vínculos con las mafias que se dedican al lucrativo negocio del contrabando de personas. Durante el mismo periodo, otras 92 personas han perdido la vida y 20 continúan desaparecidas.
Libia, un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los distintos grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi, es el epicentro de la llamada ruta migratoria del Mediterráneo central, considerada la más mortífera del mundo.
Desde entonces más de un millón de personas se han aventurado desde sus playas en busca de un futuro en el norte del Mediterráneo, en un negocio lucrativo que según diversas organizaciones mueve más de 1.500 millones de euros al año.
A principios de febrero, la OIM instó a la Unión Europea (UE) y a sus Estados miembros a adoptar medidas urgentes que frenen los rechazos, las expulsiones colectivas y el uso de la violencia contra migrantes y refugiados, incluidos los niños, tanto en el exterior de la UE como en sus fronteras marítimas. EFE