(Caracas, 17 de septiembre del 2021).- En Venezuela un tercio de los niños menores de 2 años sufren de desnutrición crónica, de acuerdo con investigaciones que han hecho la fundación Bengoa, como el Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria.
Valentina Kube, Licenciada en Nutrición y Dietética acotó que el desarrollo de una persona que nace o crece con desnutrición se debe evaluar a través de su composición corporal, hábitos socioculturales y alimentación del paciente.
Indicó que la primera manifestación clínica que se observa es una disminución del peso.
Explicó que cuando se presenta la desnutrición a tempranas edades la disminución del peso va a repercutir sobre la talla y posteriormente al desarrollo neurológico del infantil.
Esta problemática puede manifestarse en el adulto con enfermedades metabólicas. También que su coeficiente intelectual, las habilidades motoras pueden verse afectadas de manera directa.
Por su parte, Lissette González, sociólogo, aseguró que los niños y las personas adultas mayores son los grupos más vulnerables de la población ante cualquier crisis.
Enfatizó que el gobierno venezolano tiene la obligación de proteger contra el hambre a las personas más vulnerables.
“Si una cantidad importante de personas no están en capacidad de acceder a lo mínimo para poder alimentarse adecuadamente, allí están fallando las políticas públicas”.
González recalcó la necesidad de realizar un diagnóstico, en las zonas donde no está llegando suficiente alimento o donde los ingresos son tan bajos que las personas no pueden comprarlos. «Deberíamos tener programas masivos de protección”, dijo.
El gobierno al no ocuparse del estado nutricional tan precario de algunos niños y ancianos, generará como consecuencia una población con menores capacidades desarrollarse en términos educativos.
Dicha consecuencia a largo plazo significa mayor gasto en programas sociales para poder atender e integrar a esta población.