Qué Leer empezó como un hobbie hace doce años, con recomendaciones de libros en las redes sociales y, aunque el proyecto se ha transformado con el tiempo, esa sigue siendo la meta que se sostiene hoy: promover la lectura. Por eso nadie más elocuente al respecto que su propia directora, Melissa Nahmenns.
Creado por Melissa y María Alejandra Bello, Qué Leer “es un espacio de promoción para autores, librerías y algunas empresas que han visto en nuestra comunidad un espacio para darle publicidad a sus productos”. También ofrece servicios digitales, celebra eventos propios e incluso tiene una red de bibliotecas móviles, gesta que está un poco paralizada tras la pandemia, pero se reactiva para acercar lo literario a los clientes.
La industria editorial en Venezuela fue una de las primeras en sufrir la crisis y realmente padecerla entre la falta de inversión y la cáustica indiferencia en un contexto donde el gobierno, cuando se acuerda del arte, lo hace viéndolo como a un mero instrumento de propaganda. Lo verdaderamente notable no es el asedio sociocultural que todos conocemos, sino cómo, todavía sin industria, los lectores “insisten, resisten y persisten”.
“Desde nuestras redes lo que hemos hecho es hacer ver a las personas, sobre todo en nuestro país, que aunque estuvo esa crisis muy marcada, habían opciones para leer”, dijo Melissa, subrayando a lo clave que es preservar al hábito lector en un esfuerzo que Qué Leer ha llevado incluso ante el peor de los panoramas.
La industria del libro ha cambiado
Hay motivos, por supuesto, para ser optimistas. Así como la industria del libro ha cambiado y se ha adaptado a la vanguardia tecnológica, los lectores han hecho lo propio. Hay entusiastas que dedican sus redes solamente a la bibliofilia, Tik-Tokers que reseñan y hasta regalan libros, autores que en Twitter tienen comunicación directa con sus lectores y cuentas de Instagram que parecen bibliotecas visuales, uniendo a la pasión con la fotografía. No hay que esforzarse mucho para conseguir redes sociales dedicadas a lo literario, desde lo más general hasta lo más de nicho.
Lo que hace falta, dice Melissa, es voluntad. “Como hay momento para ver Netflix, como hay momento para hacer ejercicio o salir a caminar, hay que leer. Y no solamente ficción o un bestseller, sino lo que conecte contigo o te provoque leer en el momento. La mejor manera es poner a nuestro amiguito del celular en silencio o en modo avión durante ese tiempo en que tú decidas leer. Y eso te va dando continuidad en la lectura. Mucha gente ha dejado de leer por placer, leen es por trabajo, en la computadora, con las notificaciones encendidas, pero leer por placer es necesario. Nuestra mayor recomendación es esa, y muchos nos lo están agradeciendo porque lo están haciendo como rutina”.
Así, Melissa nos recomienda, pues, qué leer: Primero, La Bestia, novela galardonada con un tema pandémico bastante actual, amén de las controversias en torno a su publicación. Otra lectura para el disfrute es Pequeño País, de Gaël Faye, la autobiografía de un músico francés de madre burundesa, donde se explora la relación con nuestros padres y el poder de los libros.
“Leer es una vacuna”, nos deja Melissa. “No solamente contra la ignorancia sino por la cultura, por el bienestar. Es el ejercicio mental y al nosotros estar bien en la mente, podemos lograr muchas cosas”.
También en este episodio vemos qué hay detrás de un hermoso invento, el aire acondicionado, y nos maravillamos ante un teléfono móvil cuya señal puede llegar a Marte mientras la señal nuestra no llega ni a la sala de la casa.
