(25 de marzo. Por: Luis Carlos Díaz).- El día de ayer salió una de las escenas eliminadas de The Batman, donde podemos ver a Barry Keoghan transformado en un Joker aterrador.
Su actuación se suma al distinguido panteón que ha interpretado al príncipe payaso del crimen, empezando con César Romero entre 1966 y 1968 para la archi-famosa serie de televisión Batman.
Romero, que ya tenía una extensa carrera antes de entrar al papel, influyó lo que se esperaba del personaje por veinte años, un acercamiento colorido, cargado de un poderoso carisma—y un bigote que no aceptó afeitarse.
Es por esa actuación tan colorida que la interpretación de Jack Nicholson en Batman, de 1989, fue tan contrastante.
De Nicholson se suele decir que en todas las películas hace de él mismo, pero acá, como Jack Napier, estira sus dotes para pasar de mafioso a payaso, a rabioso psicópata, un Joker bastante ajustado a lo que se estaba publicando en cómics en el momento y que, de nuevo, sería un hito en cómo vemos popularmente al Guasón.
Luego tuvimos la suerte de ver al propio Luke Skywalker, Mark Hamill, en las voces de la espectacular serie animada de Batman, cuya influencia sigue súper viva en todos los productos animados de DC. Hamill hizo tal labor que pasó de la animación a los videojuegos, y lo podemos oír en Batman: Arkham Knight, del año 2015. Más de veinte años de una leyenda haciendo la voz de otra.
Y así llegamos a Heath Ledger en el papel que le valió el Oscar, un casting que todo el mundo criticó para luego hacer silencio con la llegada del primer tráiler de esa obra maestra de Nolan, The Dark Knight. Joker se roba la película y cuando no está en pantalla, desesperamos por verlo otra vez.
Fue esta actuación la que desató la Joker-manía que vemos actualmente, y la que le abrió los ojos al público no-geek sobre todo lo que el personaje podía ofrecerle a un actor.
Jared Leto también hizo de Joker en dos películas ahí, tú sabes.
Y el papel cayó en manos de otro titán, Joaquin Phoenix, en un dolorosísimo retrato de neurosis y degeneración. En Joker, Arthur Fleck hace un análisis bastante cruel del mundo que bien puede ser un análisis sobre su yo interior. Un Oscar bien ganado.