(Caracas, 12 de julio de 2022. Redacción: Melany Garcés).- El pasado 6 de mayo, la banda argentina Bandalos Chinos dio a conocer un nuevo álbum titulado “El Big Blue”, el cual muestra un lado más sincero de la agrupación. Ahora, por primera vez en Venezuela, los Bandalos llegarán el 13 de julio a estrenar su nuevo disco en vivo en el Anfiteatro El Hatillo.

Por ello, hace unas semanas, pudimos conversar con Goyo Degano, el vocalista de la agrupación, sobre la gira, su nuevo disco, sus inspiraciones para crearlo y mucho más. A continuación, te dejamos la entrevista completa.

Teniendo en cuenta que el disco salió hace poco, ¿qué tal les parece el recibimiento del público?

La verdad es que salió hace muy poco y lo cierto es que para nuestra sorpresa lo vienen recibiendo muy bien nuestros fans y la gente que nos sigue. La verdad es que lo vienen valorando y disfrutando mucho. Se empieza a ver reflejado en los shows en vivo que hemos tenido la oportunidad de hacer hasta el momento donde poco a poco vamos sumando las canciones de “El Big Blue”.

Se las cantan todas, las conocen y ya las tienen estudiadas, lo cual es un buen signo, pues significa que están escuchando el disco y que les está gustando. La verdad estamos muy contentos, viviéndolo con mucha gratitud de tener la posibilidad de seguir sacando música y que la gente la disfrute con mucho cariño y haga las canciones suyas.

Han estado desde el 7 de junio de gira, ¿cómo les ha ido en España, Francia, México?

Es muy loco porque en España y en Francia es la primera vez que toureamos. Obviamente, como todo lugar nuevo al que visitamos, como será Venezuela, genera cierta adrenalina, cierta expectativa. Uno no sabe con qué público se va a encontrar por más que tengamos las redes sociales como una especie de termómetro para saber si la gente te sigue, te escucha, está atenta o no. Hay cierta incertidumbre que está buena, es chida, es linda y lo cierto es que viene siendo muy lindo.

También es desafiante porque es un reto físico y emocional salir a hacer una gira tan larga, irnos tanto tiempo de casa, estar como una noche en cada ciudad, siempre de paso, no tener tu cocina, ni baño, ni tu cama. Todos esos son factores que obviamente no se ven. Es el lado B. Son factores que terminan afectando en definitiva en lo que hacemos, pues implica poner el alma y la energía. Estamos todo el tiempo cuidando nuestra energía, nuestro estado mental y físico. Así que estamos intentando buscar un balance y disfrutarlo a full.

Los shows vienen siendo muy bellos, en España tuvimos la oportunidad de recorrer regiones y lugares que nunca había visitado. Tocamos en París en un barquito. Aquí en México, nos reciben siempre con mucho cariño, así que viene siendo muy lindo y estimulante.

Ahora, hablando del disco, ¿escribieron este álbum en pandemia? ¿Cuál es la premisa principal de El Big Blue?

Sí, es un álbum que fue compuesto en pandemia, porque fueron prácticamente dos años en donde no pudimos salir de tour. Obviamente, la energía al no salir de gira quedaba concentrada en estar en el sillón con la guitarra y hacer canciones. Creo que eso sí se terminó reflejando y en este nuevo álbum, se ve un poco como una vuelta a lo más aterrizado, a lo más mundano, algo con lo que podemos conectar todas las personas.

No fue así como había sido “Paranoia Pop”, un disco como mucho más experimental, en donde hablábamos del éxito de la fama, ironizando y buscándole nuestra propia visión y nuestra propia lectura, pero como situaciones un poco más alejadas de cualquier ser humano.

Y me parece que en este álbum sí volvimos un poco a la fuente, porque todos estuvimos encerrados. Todos tuvimos cuarentena, todos tuvimos entre cuatro paredes en algún momento de este COVID, con lo cual, si es un álbum que se compuso en pandemia.

Ahora, como la mayoría de nuestros álbumes, no tenía un concepto previo, sino que es un compendio de canciones que fuimos haciendo y que fuimos cerrando, fueron grabadas en un momento y representan como distintos sentimientos y emociones. Sería como la foto de un momento.

Lo cierto es que terminó conceptualizándose una vez que nos metimos en el estudio y la metodología de trabajo nos llevó a darle una vida. Adán Jodorowsky, nuestro productor, nos propuso grabarlo en vivo, es decir, los 6 tocando en simultáneo, sin clic, sin metrónomo y en cinta como se grababan los discos antes. Obviamente, te pone un marco, te pone límites y esos límites los puedes usar a tu favor o te pueden hundir.

Yo creo que en este caso nos sirvió para levantar la cabeza, empatizar con el otro y volver a conectar con lo primero que nos unió, que es que somos un grupo de amigos que nos juntamos a hacer canciones y ya.

Así, el álbum se termina conceptualizando y las canciones, por cómo armamos la lista, cuentan una historia, pero eso no estuvo pensado en la previa. Es algo que se resignifica una vez que sale el disco. Es muy loco.

¿Por qué grabar en simultáneo todo?

Eso habría que preguntárselo a Adán, el productor, porque no lo sé. No lo sé a ciencia cierta, pero te diría que terminó resultando en algo nuevo. Nos llevó a un lugar nuevo. Me parece que si tuviera que aventurarme a pensar en porqué Adán hizo esto, creo que fue para corrernos de nuestra zona de comodidad, sacarnos un poco de lo que ya nos sale fácil, porque ya lo veníamos haciendo hace un tiempo, grabar en capas, que cada uno tenga su momento para prepararse y tirar su toma. Yo creo que él nos quería como desacomodar y llevarnos a un lugar nuevo.

Creo que vino por ahí la mano y que fue cero pretencioso. Al contrario, es una producción que busca la frescura, busca los errores, amigarse con el error, conectar con el sentimiento de la canción y no tanto con la parte técnica de cómo está hecho, como está grabado. Se quiso generar una emoción, como cuando una canción te atraviesa y no sabes bien porqué. Ese fue el objetivo que nos propuso Adán.

Como toda esta experiencia de grabación se salió de su zona de confort, ¿qué tan beneficioso fue para el disco?

Para mí, salir de la zona de confort fue todo lo que terminó conceptualizando el disco, porque incluso viniendo de un encierro donde habíamos intentado grabar cosas a distancia, allí también vimos que las figuras solistas empezaron a tomar mucho más valor, porque cada uno estaba solo en su casa. Las bandas empezaron a mermar y a tener que dedicarse a hacer otras cosas, porque estar juntos en grupo era prácticamente imposible.

Entonces, esto termina poniendo en valor la situación de estar todos juntos en un mismo lugar. Se puede decir que este disco tuvo la idea de juntarnos en el estudio después de tanto tiempo de habernos visto las caras a través de pantallas. Era lo que podíamos hacer, tocar todos juntos y registrar ese momento.

Con respecto a la letra y música, ¿cuáles fueron sus inspiraciones o referencias principales para componer las 12 canciones?

Como es un disco que está tocado en vivo, las referencias son muchas de bandas o de grupos que grababan con esa metodología. Creo que las temáticas tocadas en el álbum son situaciones y sentimientos súper aterrizados que le pueden pasar a cualquiera. Se puede tener el corazón roto, pasar por la pérdida de un amigo, la pérdida de un ser querido o como puede ser enamorarse o estar feliz y estar triste.

En cuanto a lo musical, yo creo que hubo una búsqueda con bandas como The Beatles, The Rolling Stones o Prince. Son artistas que grababan en vivo y que intentaban transmitir a partir de una grabación un sentimiento más allá de las falencias o de la parte técnica que hoy en día con la tecnología estamos tan enroscados.

También, Al Green es un artista que Adán ponía mucho en el estudio para trabajar y buscar la interpretación desde lo vocal. Creo que fue un trabajo que estuvo centrado en esas inspiraciones; pero siempre intentando darle nuestro toque de modernidad y nuestra búsqueda de actualidad. Se intentó que no sea un tributo o un revisitar un género de otra época, sino se quiso adaptarlo para esta era.

Hace 2 años de paranoia pop, entonces ¿qué diferencias musicales crees que existen entre “Paranoia Pop” y “El Big Blue”. ¿Qué sientes que aporta El Big Blue que Paranoia Pop no?

Creo que es al revés. “Paranoia Pop” le aportó a “El Big Blue”. Le aportó experimentación y fue en “Paranoia Pop” que empezamos a jugar con esto de grabar en vivo y sin clic. Por ejemplo, “El Ídolo” es un tema que se grabó sin clic en “Paranoia Pop”. Ese fue como un primer coqueteo con “El Big Blue”.

Nosotros decimos que el disco tiene lo mejor de “BACH” y de “Paranoia Pop”. Logramos poner en práctica todo lo que habíamos aprendido en esos dos álbumes, en este. Por eso, creo que sí, “El Big Blue” a diferencia trae una frescura y una conexión más con lo que escucha la oreja y no tanto con la parte técnica de cómo hay que llevarlo. 

Me parece que estamos en ese camino de ir siempre detrás de algo que nos motive. Y no me refiero a traer un sonido nuevo, porque tampoco tenemos esa pretensión, sino hacer algo que para nosotros sea novedoso, por ende nos descoloque y que descolocarnos nos lleve a inspirarnos. Queremos encontrar la inspiración de la incomodidad.

Podríamos tomar un camino un poco más combativo y hablar desde la queja, el grito y de dejar un mensaje que sea de protesta quizás, pero tomamos lo que nos sale naturalmente. Decidimos hacer una música que sea más sanadora y mostrar desde las sensaciones que puede generar una canción, algo sanador. Siempre me gusta decir que para nosotros la música es como un bálsamo. Y no queremos cambiar el mundo, sino intentar llegar a las personas, a los individuos con una canción que te hace sonreír, te hace bailar o te hace llorar. Quizá ya estamos cambiando a una persona y eso ya es suficiente.

¿Cómo se preparan para Venezuela? ¿Qué les emociona más de venir a presentarse en el país?

Tengo un montón de amigos y amigas de Venezuela. Me entusiasma muchísimo poder ir. Me entusiasma cruzarme con su gente, con su energía, con sus comidas, con sus charlas, sus historias y sus anécdotas.

La verdad es que tenemos muchísimas ganas de llegar allí con nuestra música y poder dar un concierto largo, en el que toquemos todas las canciones que tengamos ganas de tocar, podamos conectar con el público, podamos generar momentos de introspección, de abrazos, de besos, de fiesta y disfrute. 

Hay mucha expectativa, muchas ganas, mucha preparación. También nosotros decimos que el mejor ensayo es el show en vivo. Para nuestro show en Caracas, ya vamos a venir con una buena cantidad de gira encima. Por ahí lo que dice la gente es que “Bueno van a llegar recansados” y no, todo lo contrario, llegamos reafilados dando un show súper potente y picante, así que estamos en esa, preparándonos a full.

¿En la gira han podido crear nueva música?

La verdad que sí, estamos en esto. De hecho, estuvimos en París en el estudio de Jack Lahana, el que mezcla nuestros discos “Paranoia Pop” y “BACH”. Allí estuvimos grabando una colaboración para un disco que está haciendo con ROB (Robin Coudert), que es el tecladista de Phoenix.

Ahora, en este momento estamos en Los Cabos, en Baja California, México, en un hotel que tiene un estudio; así que estamos acá tirando ideas, viendo grabar una sesión. No sabemos si haremos canciones nuevas, si haremos un EP, si haremos solamente una sesión.

Lo cierto es que ahora por ejemplo están abajo, esperándome en el estudio, para que vaya a grabar voces, así que alguito vamos a hacer.

Ahora, pudimos hacerle unas preguntas rápidas a Goyo, así que aquí las tienen.

Canción favorita de El Big Blue

En este momento es “No, No, No”.

¿Cómo describirías en 3 palabras su nuevo álbum?

Un álbum sincero.

Anécdota divertida o icónica que tuviste grabando “El Big Blue”

Hubo varias, porque fue bastante épica la grabación, pero ya sé cuál te voy a contar. Una buena historia es que el día de que tomamos la tapa del álbum, pues es una foto nuestra en el estudio, digamos en la parte de afuera del estudio. El estudio está en construcción y ese día estábamos allí, cayó un amigo, nuestro fotógrafo, que vive en El Paso en Estados Unidos. Él nos dijo: “Voy con la cámara y llevo carne para hacer un asado”.

Y en 20 minutos, hicimos las fotos que terminaron siendo las del arte de la tapa, que terminaron siendo súper representativas y como que también acompañan un poco el concepto del disco. Va de la mano con la idea de captar el momento de forma muy espontánea que sea, Pum, esto es lo que somos con todas sus cosas buenas y cosas malas. 

En general, eso te lleva meses y meses de desarrollo, de hacer la producción, de llevar el lugar, ir a sacar la foto con todo un equipo de producción enorme. Aquí éramos un fotógrafo, nosotros, nuestra valija con ropa y listo.

¿Qué canción casi no queda?

“La Última Vez” es una canción que hasta último momento parecía que no entraba. Es más, intentamos grabar otra que no quedó, así como una grabación apócrifa que nunca saldrá. O, quién sabe, quizás en algún compilado navideño como esos que nos gusta sacarla.

Veremos, pero esa es una canción que le faltaba. Estaba la melodía que había hecho Chapi con una música muy bonita, pero le faltaba la letra y se la mandamos a David Aguilar, un cantautor mexicano con quien ya hemos tenido la oportunidad de colaborar en “Paranoia Pop”.

En este caso le mandamos la canción y él es un letrista súper experimentado y nos mandó dos letras terminadas de la canción e hicimos un Frankenstein entre las dos propuestas que él nos había enviado.

¿Qué querías ser de pequeño?

Como cualquier pequeño que le gustaba patear una pelota, lo primero que quise ser jugador de fútbol. Después, un poquito más centrado en la edad, tenía un tío que estudiaba medicina y se había ido a Buenos Aires a estudiar, entonces yo quería ser como él, así que durante un tiempo quise ser médico. Luego me di cuenta de que veía sangre casi que me desmayaba, así que no era por ahí.

Después soñaba con cantar, con tener una banda. No me podía imaginar mucho el formato ni cómo iba a lograrlo, porque en mi familia no hay artistas, no hay nadie que se dedique profesionalmente a esto. Pero si tenía esa idea de fauna, banda de rock. Así desde muy chico quiero vivir cantando.

¿Qué actividades/hobbies te gusta hacer aparte de la música?

En una época hacía bastante malabares. Me gustaba ir a la plaza, hacer malabares y jugar al circo. Ahora, me compré una skate y estoy aprendiendo a andar en skate, pero no sé tanto, solo andar arriba de la tabla y algunos truquitos, así como más equilibrio.

Otra cosa es que en esta gira hay un par de los chicos de la banda que juegan al golf. En España, fuimos a jugar y de repente como que tengo un poco de talento y me dan ganas de aprender a jugar al golf. Siento que es un deporte medio de adulto, de ancianos, pero es un buen momento para aprender a jugarlo.

Por los momentos, ¿cuál es su mayor meta con todo el proyecto?

La mayor meta es sobrevivir. En definitiva, somos una sobreviviente, pues aquí estamos intentándolo desde hace más de 10 años, poniéndole cuerpo, cabeza, alma, dinero, energía y vida. Creo que el mayor desafío es que funcione, seguir haciendo funcionar esta maquinaria, seguir haciéndola funcionar, no solo en lo creativo, sino en lo humano.

Creemos que las personas estamos por encima de toda entidad, como lo es la banda, e intentamos cuidar esa parte también o al menos hacemos ese esfuerzo de cuidarlo porque sabemos que es muy valioso y que como decimos nosotros en una baldosa se puede derrumbar todo.

Sí, creo que seguimos en esto de pequeños pasos de seguir viajando y llegando a lugares nuevos con nuestra música. Eso es un gran objetivo. Nos encanta viajar, nos encanta conocer lugares, nos encanta morfar. Nos gusta descubrir sabores y emociones que nos inspiran y que nos hacen tan bien. Somos todos humanos intentando hacer lo mejor que podemos y dando lo mejor que tenemos adentro. Me parece que eso es lo rescatable, así que te diría que el sueño es que continúe de una forma bonita.

¿Podrías enviarle un saludo e invitar a todos los lectores y oyentes de La Mega que escuchen su nueva música?