Asunción, 4 sep (EFE).- El cardenal de Paraguay, Adalberto Martínez Flores, alertó este domingo sobre las desapariciones de niños, adolescentes y jóvenes en su país, que temió estén vinculadas al delito de trata de personas, al tiempo que llamó a los políticos y cargos públicos y privados a que «de verdad» les duela el pueblo.
En su primera misa en el suelo paraguayo tras ser investido purpurado en el consistorio que el pasado 27 de agosto encabezó el papa Francisco en Roma, Martínez pronunció su homilía ante alrededor de 6.000 personas que acudieron al Bañado del empobrecido barrio de Tacumbú, en el sur de la ciudad, en cercanías del río Paraguay.
«Nuestros encierros e individualismos nos llevan muchas veces a la indiferencia frente a determinados dramas que viven muchas familias y hogares que tienen a sus seres queridos, niñas, niños, adolescentes y jóvenes desaparecidos y cuyo paradero y destino son desconocidos, o tienen un final trágico», aseguró el también arzobispo metropolitano de Asunción desde la parroquia Felipe y Santiago, de la que hace parte el sacerdote español Pedro Velasco.
En ese contexto, se refirió al caso de José Miguel Ozuna, un niño de 12 años residente en un barrio de Asunción, cuya desaparición fue denunciada hace más de dos meses por su familia. Desde hace un par de días, las autoridades intentan establecer si un cadáver hallado a orillas del río corresponde al pequeño.
«¿Qué pasó con José Miguel? -preguntó el jerarca católico-. ¿Qué pasó con la pequeña Juliet, más conocida como Yuyú? Lleva más de dos años desaparecida. Y, según fuentes de la Policía Nacional, hay otros cientos de casos de desaparecidos, especialmente de menores».
En ese sentido, apuntó que el Ministerio Público y Policía, entre otros, tienen la obligación de investigar las desapariciones de personas y determinar su paradero, pero también señaló que la sociedad «no puede ser indiferente a este flagelo» y alertó que muchos casos de desapariciones «podrían estar vinculados con el crimen de la trata de personas».
Por otra parte, exhortó a quienes se dedican a la política y ocupan cargos de responsabilidad en las instituciones públicas y privadas «que les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres y que trabajen decididamente por el bien común y por la promoción humana integral de todos los que habitan el suelo patrio».
Consideró, en ese contexto, «urgente y necesario resolver las causas estructurales de la pobreza», y afirmó que los planes asistenciales, «que atienden ciertas urgencias, solo deberían pensarse como respuestas pasajeras, necesarias, pero pasajeras».
«Una sociedad más justa y equitativa, donde impere el bien común, es tarea de la política y de los políticos», zanjó Martínez, quien recordó en su mensaje que más de 2.500 familias, unas 11.000 personas, viven en esa parte de los bañados de Asunción «con sus sueños y esperanzas (….) aun en medio de tantas carencias». EFE