(Moscú, 19 de marzo de 2023. EFE).- El presidente ruso, Vladímir Putin, viajó por primera vez al Donbás en una visita nocturna y relámpago a Mariúpol, ciudad portuaria en el este de Ucrania, a orillas del mar de Azov, que en mayo del año pasado quedó bajo el control del Ejercito de Rusia después de casi tres meses de feroces combates.
El Kremlin informó de la visita del mandatario solo esta mañana, después de que abandonara la zona tras el viaje, que el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, calificó de trabajo y de inspección de la labores de reconstrucción de la ciudad, a la que llegó anoche en helicóptero.
Según las autoridades ucranianas, el 50 por ciento de las viviendas y el 90 por ciento de la infraestructuras de Mariúpol quedaron destruidas durante su captura por las tropas rusas.
UN RECORRIDO NOCTURNO EN AUTOMÓVIL
Putin recorrió la ciudad en autómovil, que condujo él mismo, acompañado del viceprimer ministro Marat Jusnulin, que supervisa los trabajos de reconstrucción, según se pudo apreciar en las imágenes difundidas por la televisión rusa.
El portavoz aseguró que el mandatario «cumplió todas las normas de tráfico» en su desplazamiento por la ciudad.
La visita a Mariúpol, así como la que efectuó este sábado a Crimea, en el noveno aniversario de la anexión de la península, no estaba prevista, según el Kremlin, y sorprendió tanto a funcionarios como a los periodistas que cubren las actividades del presidente ruso.
UNA VISITA NO LIBRE DE RIESGOS
Aunque Mariúpol se encuentra a unos 80 kilómetros de la línea del frente, las Fuerzas Armadas de Ucrania han declarado que la ciudad ya se encuentra al alcance de su artillería, por lo que el «carácter imprevisto» de la visita de Putin pudo deberse a motivos de seguridad.
El presidente ruso había sido criticado desde los sectores ultranacionalistas de su país por no visitar, salvo Crimea, ninguna de las otras cuatro regiones ucranianas anexionadas por Rusia, cuando su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, ha estado en varias ocasiones prácticamente en la primera línea del frente.
El viaje de Putin a Crimea y el Donbás se produjo en vísperas de la visita de Estado que comienza mañana, lunes, a Rusia el presidente chino, Xi Jinping, por lo que no se descarta que su visita sea un mensaje a su huésped de que controla la situación en la zona del conflicto, pese a los escasos progresos en los campos de batalla.
LA BATALLA DE BAJMUT NO MENGUA
Al igual que durante los últimos meses los combates más encarnizados tiene lugar en los alrededores de Bajmut y en la misma ciudad, que controlan prácticamente a partes iguales las fuerzas ucranianas y rusas, estas últimas integradas fundamentalmente por los mercenarios del Grupo Wagner.
De momento todos los intentos de las tropas rusas de cerrar el cerco en torno Bajmut (Artiómovsk para los rusos) no han dado frutos.
Según el militar ucraniano, la defensa de la ciudad-fortaleza, como denomina a Bajmut el Gobierno de Kiev, está «bien diseñada» y «desangra al enemigo y mina su moral».
El Estado Mayor General de Ucrania informó hoy de que en la pasada jornada las tropas rusas perdieron al menos 21 tanques y 23 vehículos blindados de infantería.
A su vez, el mando ruso comunicó que en las pasadas veinticuatro horas su tropas infligieron más de 500 bajas, entre muertos y heridos, a las fuerzas ucranianas en distintos sectores del frente.
De acuerdo con el parte del Ministerio de Defensa de Rusia, las tropas que participan en campaña militar en Ucrania consiguieron abatir un avión MiG-29 y destruir varias piezas de artillería, así como un sistema de misiles antiaéreos S-300 de las fuerzas ucranianas. EFE