(Caracas, 20 de julio, 2023).- Sam Quiñones, periodista independiente estadounidense, autor de cuatro libros de no ficción narrativa, mejor conocido por sus reportajes y crónica «La Crisis de Opioides y el Fentanilo en Estados», informó que más de 100 mil estadounidenses han muerto por sobredosis de fentanilo.
Señaló que algunos círculos de especialistas del dolor respaldan el uso de los opioides como medicina, pese a que su base sea una droga derivado de la amapola.
Reseñó que el fentanilo «tiene sus raíces en la historia de los opioides en los Estados Unidos que se remonta a 1995, cuando surge la idea de que somos una cultura en dolor y no estamos haciendo un buen trabajo en tratar el dolor».
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En un primer momento un número importante de la población se resistía al uso de opioides, pero, con el tiempo, los estadounidenses fueron cediendo, y entonces «el opioide se convirtió en la cura mágica para todo el dolor del ser humano».
Detalló que el consumo ha escalado al fentanilo como uso medicinal, porque se trata de una «droga revolucionaria que ha causado posibilidades de hacer cirugías que antes no eran posibles por su super potencia que pone al paciente en anestesia y puede salir rápido de la cirugía».
El consumo de esta droga adictiva ha abierto las puertas a un nuevo mercado que los cárteles de México han atacado con «una heroína sintética que es el fentanilo y que en mano de los carteles ha sido una catástrofe para los Estados Unidos», respaldó Quiñones.
Alertó que los carteles tienen el alcance de producir en gran cantidades esta droga y «por eso hoy se ve una cantidad de fentanilo, que era impensable hace 5 o 7 años».
El periodista aseguró que este aumento en la oferta, lo que produce es el incremento de demanda que deja en su paso, miles de fallecidos.
El perfil de consumidores es mayor en jóvenes que inician consumiendo pastillas para la ansiedad y una vez experimentan con el consumo de una pastilla de fentanilo diario, aumentan a incluso 50 pastillas por día que paraliza por completo el razonamiento y las capacidades del consumidor, hasta acabar muerto.