(Puerto la Cruz, 4 de agosto de 2023. Redacción: Saray Portillo).- Andreina Fernandes, una venezolana en Japón, Tokio, desde hace un poco más de nueve años, enseña diariamente en su blog sobre la cultura japonesa y cómo es su vida en un país con tradiciones muy distintas a las propias de un venezolano.
En conversación con Adelita Sánchez para el programa Sin Mucho Protocolo, transmitido por Onda 91.5 FM La Superestación, contó que con 22 años de edad, emigró con su bebé de seis meses a Japón y actualmente tiene nueve años y medio viviendo en este país, ahora con una niña japonesa de tres años.
“Desde entonces, todo ha sido una montaña rusa con los choques culturales durante mi segundo embarazo y la adaptación a nuevas costumbre y tradiciones”, comentó.
También te puede interesar: Tokyo Arepa: venezolano vende más de 100 arepas diarias en Japón
Destacó que si bien llegó a Japón siendo aún muy joven, adaptarse no ha sido fácil. Refirió que al principio podía notar las miradas extrañas fijas en ella, cuando se pintaba el rostro o llevaba un escote.
“A nuestros amigos aquí les sorprende mucho la relación que tenemos mi esposo y yo, en cuanto a la conexión y el apoyo mutuo en nuestras actividades diarias”, dijo.
Confesó que su nivel de japonés aún es muy básico, por lo que en casa se habla español y se siguen comiendo arepas aun cuando ha disfrutado la gastronomía japonesa y el arroz en el desayuno.
“Algo que he adaptado de la cultura es no usar zapatos dentro de casa como símbolo de dejar las malas energías fuera de nuestro templo, y el valor de la puntualidad”, señaló.
Comentó que actualmente está trabajando en el restaurante de comida española de su esposo. Ambos se conocieron en Venezuela, mientras estudiaban cocina en la ciudad de Valencia, estado Carabobo.
Andreina consideró como poca la cantidad de venezolanos en Japón. Aseguró extrañar su país de origen y manifestó el deseo de visitar a su familia radicada en el país y que su hijo conozca Venezuela.
Resaltó que a través de las redes sociales se tiende a idealizar Japón como un país perfecto. Aclaró que como todo, tiene su lado admirable y otro no tanto.