(Madrid, 2 de septiembre de 2023 – EFE / MundoUR).- De ver con envidia las remontadas del Real Madrid por televisión, ha pasado Jude Bellingham a protagonizarlas. El día de su estreno en el Santiago Bernabéu, cuando el derbi ante el Getafe se teñía del gris del cielo que impedía ver el nuevo techado del Santiago Bernabéu, el inglés salió al rescate en el minuto 95 para marcar por cuarto partido consecutivo en un partido al que Kroos le cambió le cara.
Es cuestión de tiempo seguro pero pasar de jugar con Vinícius y Benzema como grandes referencias ofensivas a presentarse a su puesta de largo en el Santiago Bernabéu con Rodrygo y Joselu, presenta una distancia tan grande que ante el Getafe salvó el oportunismo de Bellingham. Un día que ya auguraba un examen a un Real Madrid con pocos efectivos en ataque, que se envenenó pronto, con Kroos como mejor antídoto y una racha sin fin goleadora de un jugador que protagoniza un inicio para la historia marcando en sus cuatro primeros encuentros.
Alejado de ese peso del escudo que siente un futbolista que se estrena en el Bernabéu, atenazado por los nervios del debut. El que se reflejó en Fran García con uno de esos errores que se convierten en losa y cambian el panorama. Su pase atrás, impreciso, lo vio Borja Mayoral para aprovechar que Alaba no llegaba, arrancar en velocidad, soltar dos amagos con los que tumbar a Kepa y marcar a placer. Era el minuto once y el planteamiento de Bordalás encontraba un premio inesperado de un jugador con el que no contaba y pone firma a los dos tantos azulones en cuatro jornadas.
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Ni la presencia de Luka Modric en su primera titularidad del curso, dio brillantez de inicio en la posesión a un Real Madrid impreciso. Con laterales convertidos en extremos pero pocos efectivos en el área para rematar. Curioso que la mejor ocasión para empatar en el primer acto fuese con un cabezazo del más bajito, Modric a centro de Fran García que intentaba saldar su deuda con subidas en su lateral.
Añora el equipo de Carlo Ancelotti la finura de un 9 que se asociaba con todos, se descolgaba de su zona para imprimir criterio a las jugadas. Debe encontrar la fórmula con la que olvidar a Benzema. No ayudó ver a Joselu fallar pases y no precisar la primera en lo que mejor sabe hacer, el remate de primeras en la zona de gol. Su ansiedad crecía por momentos cuando a cinco minutos del descanso, el pase de medio gol de Fran García, lo estrelló en David Soria.
Hasta entonces poco de un Real Madrid ante un Getafe que encontró motivos para parapetarse. Con Alderete y Djené de mediocentros en un claro mensaje de Bordalás. Logró incomodar a un Real Madrid de dos caras que jugó al pie, sin movimientos al espacio ni juego colectivo, con solo un jugador como Rodrygo con capacidad para el desborde hasta que se soltó las cadenas tras el paso por el vestuario.
El examen a un Real Madrid carente de delanteros centraba su mirada en el primer día de Bellingham en su nueva casa. Con movilidad para caer a una banda y ganarse la admiración con un amago en un palmo repleto de calidad, hacer regates con el cuerpo o aparecer por el centro y ser derribado en un penalti señalado por el colegiado pero corregido desde el VAR. La gloria le esperaba en el último suspiro y no cesó de buscarla.
Los cambios de Ancelotti al descanso cambiaron la cara de su equipo. Fran García no guardará buen recuerdo de su estreno de blanco en el Bernabéu. Entró Nacho y desplazó a Alaba al costado izquierdo. Noticia en un equipo que tiene doblados los laterales para evitar los parches del pasado curso. Camavinga dejó su sitio a Kroos y el alemán dio una exhibición futbolística.
En segundos, el Real Madrid había pisado más área rival que en todo el primer acto. Kroos jugando con la misma precisión en corto y en largo. Modric probó a David Soria y, tras el córner, Joselu mostró su especialidad. Mano de Djené, balón suelto y un delantero centro que sabe donde rascar goles.
Con un poderío abrumador en el juego, todo pasó por la figura de Kroos. El palo repelía un zurdazo suyo y David Soria se lucía ante el segundo en el rechace. Los postes ponían freno al Real Madrid, cuando en una jugada de equipo con broche de Bellingham en el pase, lo estrellaba en la madera Carvajal engañando a todos cuando se esperaba su pase.
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Sin embargo cuando tuvo que rematar, en un pase de tiralíneas de Kroos, que lo dejó solo, pecó de generosidad Carvajal buscando a Joselu. Ya no había freno al equipo de Ancelotti. El Getafe suficiente tenía con defender. Intentó correr cuando pudo pero apenas tuvo balón. Solamente enganchó una que perdonó Aleñá que se topó con una estirada que da confianza a Kepa en su difícil tarea de hacer olvidar al lesionado Courtois.
Sin el desequilibrio que genera Vinícius, apeló a la insistencia el Real Madrid. Con más presencia de Rodryo pero con un ataque menos previsible por las diferentes alternativas. Joselu, liberado de presión tras el gol, tuvo en las manos el papel de héroe pero su latigazo de zurda como castigo a un mal despeje dentro del área, lo salvó abajo Soria con la parada de la tarde.
Acabó el Getafe con línea de cinco en defensa para frenar el aluvión. Con Arambarri sobre Kroos para dificultar la creación de jugadas. Y con David Soria respondiendo a todo con firmeza hasta que un disparo lejano de Lucas Vázquez se le escapó y apareció Bellingham para sentir de cerca la pasión del Bernabéu en los momentos mágicos de la remontada.