(Caracas, 27 de septiembre de 2023, José Luis Carrillo/MundoUR).- El Parque Nacional Yapacana, ubicado en el estado Amazonas, es el que más daño ambiental proporcionalmente hablando tiene en el país, afirmó Tina Oliveira, doctora en Ciencias Biológicas y coordinadora del Sistema de Información Socioambiental de la fundación Wataniba.
La Fuerza Armada Nacional anunció el pasado 24 de septiembre que fueron expulsados más de 14.000 mineros del parque nacional Yapacana.
Oliveira Explicó que, aunque se habla más del Parque Nacional Canaima cuando se aborda el tema del daño ambiental, y es debido a que efectivamente tiene la mayor cantidad de superficie afectada, el porcentaje de área afectada es inferior al de Yapacana.
El área total del Yapacana es de 3.200 km2, cifra que contrasta con los 30.000 km2 de Canaima.
Sin embargo, el área de afectación del Yapacana es mayor, pues llega a 32km2, lo que constituye el 1% del total, mientras que los 100 km2 afectados de Canaima representan el 0,3%.
La afectación del Yapacana es más grave, según lo señalado por Oliveira, debido a la contaminación de las aguas del río homínimo, adyacente al parque, que a la vez es tributario del Orinoco.
Con la minería de extracción, las especies acuáticas de estos ríos se contaminan de mercurio y pasan a afectar a la población que los consume, así que el problema se magnifica para convertirse en uno de salud.
Etnias se ven arrastradas a la minería ilegal
Wataniba es una organización de la sociedad civil que se ocupa de los tema socioambientales, estudia la situación de los pueblos indígenas a la vez que el ambiente que los circunda.
Indicó que la Amazonía venezolana, constituida por los estados Amazonas, Bolívar y una pequeña parte de Delta Amacuro, forma parte del Escudo Guayanés, que contiene las superficies más antiguas de la tierra.
Es por esto que, a pesar de sus exuberantes bosques, los suelos son pobres, lo que a su vez hace que la recuperación de áreas desforestadas puede tardar entre 500 y 1.000 años.
La zona, sin embargo, es rica en oro y otros minerales que, dado el alza en sus respectivos precios y en medio de la situación económica de Venezuela, ha provocado una carrera desenfrenada por su extracción.
Ante la situación de precariedad económica de las etnias que habitan en el ecosistema, muchos indígenas se han visto en la necesidad de trabajar en las labores de extracción que realizan ilegalmente mineros no solo de Venezuela, sino del extranjero.
“En la medida que los pueblos se han distanciado de sus tradiciones son más posibles presas de las personas que están detrás de esas actividades”, señaló Oliveira.
Afirmó que, aunque los indígenas de la zona pueden cubrir sus necesidades alimenticias, tienen necesidad en materia de educación y salud, que requieren dinero.
“Las posibilidades económicas no son tan abundantes y si la promesa de El dorado ha sido tan deslumbrante para tantas personas por qué no para ellos”, puntualizó Oliveira.