(Kabul, 8 de octubre de 2023 – EFE / MundoUR).- El Gobierno de los talibanes apeló este domingo a la ayuda de los hombres de negocios, empresarios y todos los ciudadanos «adinerados» de Afganistán para hacer frente a la crisis humanitaria tras los terremotos que devastaron una docena de aldeas en el oeste del país, matando a más de 2.000 personas y dejando a otros miles sin hogar.
«El Ministerio de Asuntos de Refugiados solicita a todas las organizaciones benéficas, instituciones, empresarios nacionales y otros compatriotas ricos que brinden su asistencia a los afectados en coordinación con las Direcciones de Asuntos de Refugiados», informó el ministerio en un comunicado.
Afganistán sintió en la jornada del sábado al menos siete temblores. El primero de todos, el de mayor magnitud, ocurrió a las 12.11 (+5.30 GMT) a 14 kilómetros de profundidad y a 33 kilómetros de la ciudad de Zindah Jan, ubicada en la provincia de Herat, según el USGS.
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De acuerdo con el último recuento oficial, 2.053 personas murieron y otras 1.240 resultaron heridas, informó en una conferencia de prensa el portavoz del Ministerio de Gestión de Desastres, Mula Janan Sayeq.
Imágenes dela tragedia muestran aldeas en ruinas, a los propios habitantes de las zonas devastadas levantando a mano, sin ningún tipo de maquinaria, los escombros de sus casas, con la esperanza de encontrar a los cuerpos de sus familias.
Esta es la peor catástrofe de este tipo que han tenido que enfrentar los talibanes desde que retomaron el control de Afganistán en agosto de 2021, sin acceso al sistema financiero y las reservas internacionales.
Las imágenes de hospitales desbordados y los cuerpos transportados en camiones sin capacidad en las morgues revelan la gravedad del sistema sanitario de la región, que depende en gran medida de organizaciones humanitarias.
A finales de junio del año pasado un terremoto similar de magnitud 5,9 en las provincias afganas orientales de Paktika y Khost, fronterizas con Pakistán, provocó la muerte de más de mil personas y unos 1.500 heridos, además de la destrucción de cientos de viviendas.