(Caracas, 27 de noviembre de 2023, José Luis Carrillo/MundoUR).- Salir de un ciclo de violencia de género es difícil para una mujer, ya que ese tipo de situaciones está naturalizado en la sociedad y también porque para evitar volver a ser víctima se requiere de terapia psicológica.

Esta posición la sostiene Claritza Ron, directora del Instituto para la Mujer del Municipio Guaicaipuro, quien afirmó que, si no se cumple con ese paso, la mujer puede ser víctima de otro depredador.

«Es un tema que nos concierne a todos, es una lucha de la sociedad para reconstruirnos, porque los patrones de crianza son patriarcales», señaló Ron a propósito de haberse conmemorado el pasado 25 de noviembre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

En conversación con Graciela Beltrán Carías, Ron hizo hincapié en que la lucha no es contra el hombre sino contra un sistema que es machista.

Resaltó que el proceso es muy difícil de identificar y que reconocerse como víctima es el primer paso, algo que se dificulta si la persona tiene naturalizada la situación de la violencia machista.

Agregó que también se dificulta salir del ciclo de violencia de género si la persona depende económica o socialmente de su pareja.

Formación contra la violencia de género

Al abordar el tema de la necesidad de formación para enfrentar un problema naturalizado en la sociedad, Claritza Ron contó que fue su experiencia propia la que le llevó a buscar la manera de ayudar a otras víctimas.

Ron sufrió una agresión por parte de su pareja, quien la empujó para evitar que llamara a la policía, y debido a ello, y por proteger a su bebé, sufrió triple fractura en la mano y una lesión en la espalda.

Indicó que, en un principio, se preguntaba por qué le había pasado eso, si siempre quiso formar una familia feliz, un hogar y por eso había aguantado muchas cosas que no debía.

«Esta misión de vida no puede ser solamente desde un testimonio, te tienes que formar para ayudar a oras», expresó.

Graduada en Estudios Internacionales, contó que obtuvo una maestría con perspectiva de género, y luego siguió formándose con Naciones Unidas y el Ministerio para la Mujer.

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