(Ciudad Guayana. 07 de febrero, 2024. Redacción: Alí Urdaneta).- En vista de la presencia de la calima y del polvo del Sahara, las enfermedades respiratorias se han incrementado en los últimos días.
La principal advertencia de los especialistas del sector salud es la prevención mediante el uso de mascarillas en todo el territorio nacional.
Por una parte está la calima, producida por los incendios forestales y otros factores, cuya inhalación prolongada es perjudicial para la salud. Y, por otra parte está el Polvo del Sahara, una calima de menor concentración, que llegó a Venezuela desde el pasado martes 30 de enero. Ambas se han convertido en factores que contribuyen al incremento del riesgo de padecer enfermedades respiratorias.
Aunado al nuevo brote de COVID-19, la influenza y el virus respiratorio sincitial, se suman estos fenómenos como elementos de cuidado, sobre todo en poblaciones de alto riesgo como niños, adultos mayores y mujeres embarazadas.
La calima y el polvo del Sahara
El Polvo del Sahara es una masa de aire caliente y seca, cargada de partículas de arena que se forma sobre el desierto como consecuencia de los fuertes vientos al norte del África. Se traslada a través del Océano Atlántico impulsado por los vientos alisios y subsiste durante un promedio anual de seis meses, viajando en dirección este-oeste, y también puede activar cambios en el clima de las regiones donde esté ubicado.
La calima, por otro lado, implica la presencia de pequeñas partículas sólidas y secas suspendidas en la atmósfera (polvo, arena, ceniza, etc.), que deterioran la calidad del aire y reducen significativamente la visibilidad, produciendo un aspecto horizontal opaco. Esta se ha registrado en varias ciudades del país desde inicios del mes de febrero. Existen dos tipos de calima: de tipo «A» -como el polvo del Sahara-, que ocurre por efectos del polvo, sales o efectos del ambiente; y de tipo «B», el cual se produce por episodios especiales como incendios forestales u otros episodios de carácter contaminante.
Consecuencias para la salud
Las secuelas comunes que pueden generarse en la población son la conjuntivitis, irritaciones en la garganta, tos, entre otras, por lo que es recomendable usar mascarilla en caso de exposición continua o de riesgo. Y, en el caso de personas que padecen enfermedades respiratorias, se aconseja mantener las ventanas cerradas.
En entrevista con Jhoalys Siverio, la doctora Alexandra Salvatori, especialista en infecciones respiratorias, hizo énfasis en la prevención como medida principal y también comentó que «estamos ante la presencia de cuadros con síntomas similares».
«Los síntomas son parecidos en todos… desde la más inocua, a la que nos puede llevar a graves complicaciones», por lo cual es necesario acudir al médico tan pronto se detecte una enfermedad respiratoria.
Una de las recomendaciones más enfáticas de Salvatori es la de no automedicarse ni usar antibióticos, ya que por mal uso generan resistencia bacteriana o daño en la flora intestinal. También resaltó evitar el uso de remedios caseros que pueden incrementar la posibilidad de originar toxicidad hepática, renal o neurológica en el cuerpo.
Salvatori recomienda como principal medida el lavado de manos y el uso de las vacunas: «las técnicas para higiene y lavado de manos han sido dadas por la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría a lo largo de muchos talleres», «las vacunas salvan vidas… hoy en día nosotros hemos podido evolucionar como humanidad gracias a las vacunas».
Se estima que el polvo del Sahara estará presente en el ambiente hasta esta semana, mientras que la calima durará otros días y desaparecerá por un cambio de masa de aire o lluvia.