(Ciudad del Vaticano, 11 de febrero de 2024. EFE).- El papa Francisco y el presidente de Argentina, Javier Milei, se saludaron y abrazaron hoy tras la canonización de la primera santa argentina, zanjando el tiempo electoral en el que el ahora mandatario descalificaba al pontífice, tildándole de «representante del maligno en la Tierra».
Una vez terminada la eucaristía en la basílica de San Pedro del Vaticano, el pontífice fue llevado en silla de ruedas por sus problemas de rodilla hasta el lugar en el que el político había seguido la misa, a su derecha, en primera fila ante un reclinatorio.
En ese momento Milei le estrechó la mano y llegó a darle un abrazo, conversando ambos entre risas durante unos instantes.
Contra la intolerancia
Francisco presidió en la basílica de San Pedro la canonización de la laica consagrada María Antonia de San José de Paz y Figueroa, conocida como «Mama Antula», y en su homilía recordó el pasaje en el que Jesús sanó a un leproso, representación de los marginados modernos.
«No pensemos que son solo cosas del pasado ¡Cuántas personas que sufren encontramos en las aceras de nuestras ciudades! ¡Y cuántos miedos, prejuicios e incoherencias, aun entre los que creen y se profesan cristianos, contribuyen a herirlas aún más! También en nuestro tiempo hay tanta marginación, hay barreras que derribar, ‘lepras’ que sanar», sostuvo.