(Bilbao, 31 de agosto de 2024 – EFE / MundoUR).- Un gol de Ángel Correa en el minuto 92 le ha dado la victoria al Atlético de Madrid en San Mamés y ha acabado con una racha de 21 partidos de liga que acumulaba el Athletic Club sin perder como local.
El tanto del argentino, que apenas llevaba cinco minutos sobre el césped, fue quizás demasiado castigo para un conjunto bilbaíno al que le faltó claridad, pero sí tuvo intensidad y ritmo para al menos firmar el combate nulo al que parecía abocado el choque.
Los colchoneros tiraron de instinto primero para sujetar a los de Ernesto Valverde y después para golpear cuando del Athletic ya no tenía capacidad de respuesta. Un triunfo que devuelve a los del Cholo Simeone su inercia positiva en ‘La Catedral’ después de los dos varapalos que recibieron la pasada campaña.
Y eso que la tarde empezó torcida para el equipo colchonero con la baja de última hora de Jan Oblak. El portero esloveno se cayó de la convocatoria por un problema estomacal que provocó el inesperado debut del argentino Juan Musso.
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No fue el único estreno en un once del Atlético con siete cambios respecto al que salió frente al Espanyol en el que formó el inglés Connor Gallagher. Solo se mantuvieron respecto al miércoles Le Normand, Lino, Koke y Julián Álvarez.
Menos revolucionario fue el once de un Athletic con cuatro variantes y una media de edad más elevada respecto al que se enfrentó al Valencia. Valverde introdujo a Lekue, Yuri, Herrera y Nico Williams en los puestos de De Marcos, Adama, Jauregizar y Djaló.
La primera mitad tuvo la alta intensidad esperada, pero pocas acciones reseñables en las áreas. La presión alta de los locales les dio la iniciativa del juego, pero a los de Valverde les faltó precisión y más velocidad a la hora de mover la pelota para poner a prueba a Musso.
Al equipo de Simeone se le veía relativamente cómodo en tareas defensivas, si bien le costaba un mundo tratar de evitar que los bilbaínos recuperan. Con esas premisas parecía que las ocasiones solo iban a llegar en algún error y el único lo cometió el Athletic antes de llegar al cuarto de hora.
Un falta de entendimiento entre Lekue y Yeray dejó a Julián Álvarez solo ante Julen Arrizabalaga, pero al argentino le sobró una décima de segundo antes de engatillar que aprovechó Yuri para abortar el peligro en una buena acción defensiva. Prácticamente fue el único momento de inquietud en la primera mitad.
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El descanso sentó bien a los equipos. En la primera jugada Nico Williams marcó a centro de su hermano Iñaki, pero el gol acabó anulado por un fuera de juego bastante más ajustado de lo que pareció. Y el Atlético también subió una marcha más a su juego con un Griezmann muy activo y Samu Lino creando mucho peligro por la banda izquierda.
Fueron los mejores momentos de los de Simeone. El carrilero brasileño rozó el gol en dos oportunidades que no desarmaron Athletic y derivaron en un vistoso ida y vuelta que elevó la temperatura del choque.
Los movimientos de piezas mediada la segunda parte dieron una nueva vuelta de tuerca al partido. El Athletic ganó vitalidad con el joven Jauregizar y Djaló y los visitantes oxígeno y músculo con Riquelme y De Paul.
Sancet hizo lucirse a Musso en el 67 y el Atlético, apoyado en Sorloth, trataba de salir a la contra aunque con ambos equipos más preocupados de amarrar al menos el empate.
Sin embargo, un grave error local en el tiempo extra derivó en la derrota. Un pase horizontal poco tenso de Nico Williams comprometió en exceso a Lekue que perdió la pelota ante la presión de Sorloth. El noruego lanzó el balón sobre la carrera de Correa que recortó a Agirrezabala para marcar a puerta vacía.
Un jarro de agua helada que cerró el partido despejó las dudas del Atlético antes del parón y, después del subidón de hace tres días frente al Valencia, enfrió el ambiente de los rojiblancos antes del paréntesis.