(Caracas, 28 de septiembre de 2024).-En Venezuela, existe una alta tasa de emprendimiento, pero existe un obstáculo para garantizar la durabilidad de estas empresas. Debido a la falta de financiamiento y la ausencia de planes de comunicación efectivos, los expertos han identificado que el entorno local es desfavorable. A consecuencia de este fenómeno, numerosas empresas no han logrado mantenerse a largo plazo.
Según el Monitor Global de Emprendimiento, el 17% de los negocios en su fase inicial se considera “naciente”, es decir, llevan al menos 3.5 meses operando. No obstante, al transitar hacia la categoría de “negocios nuevos”, solo el 6.6% logra sobrevivir, y apenas un 4% alcanza la formalización después de 3.5 años.
Las principales barreras incluyen políticas gubernamentales restrictivas, una carga tributaria elevada y un acceso limitado a financiamiento. Además, el 91% de los emprendimientos nace por necesidad, lo que puede resultar en una falta de planificación y conocimiento en la gestión del negocio.
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A pesar de estos desafíos, la cultura emprendedora está bien vista en el país, y muchos emprendedores buscan no solo sobrevivir, sino también generar un impacto positivo en la sociedad. Iniciativas como la aceleradora de negocios del Centro de Innovación y Emprendimiento de la Universidad Católica Andrés Bello buscan acompañar a estos emprendedores, ofreciendo formación y recursos para superar las barreras existentes.
La clave para el éxito en el emprendimiento en Venezuela radica en la combinación de talento, un entorno favorable y un propósito claro, que permita no solo crear un negocio, sino también contribuir al desarrollo social y económico del país.
