(Caracas, 15 de octubre, 2024).- En una fascinante conversación, los reconocidos humoristas venezolanos Laureano Márquez y Emilio Lovera, junto a la comediante Alejandra Otero, exploraron la compleja trayectoria de un humorista y los límites del humor en el contexto actual.
Márquez y Lovera coincidieron en que ser humorista es tanto un don innato como un proceso de formación. «No basta con hacer un curso; se necesita la técnica y la experiencia para lograr un verdadero impacto en el público», comentó Lovera. Ambos destacaron que, a lo largo de su carrera, han aprendido más de los fracasos que de los éxitos, una realidad que comparten con la nueva generación de comediantes.
Alejandra Otero se unió a la conversación para señalar que, a pesar de los avances en la comedia, las mujeres aún enfrentan barreras significativas en el ámbito del humor. «El público a menudo es más crítico con las comediantes, lo que hace que el camino sea más complicado», afirmó Otero.
El trío también discutió sobre cómo los límites del humor han cambiado, especialmente con la influencia de las redes sociales. «Hoy en día, el público tiene una sensibilidad diferente; lo que antes era aceptable puede no serlo ahora», explicó Márquez, quien agregó que es el propio comediante quien debe medir esos límites. Lovera mencionó que muchos humoristas modernos, que crecieron en la era digital, manejan códigos que los veteranos aún están tratando de comprender.
Finalmente, el diálogo se centró en la esencia del humor y su propósito: «El humor debería ser una herramienta para reflexionar y no solo para provocar», concluyó Otero, dejando claro que, aunque el humor puede ser irreverente, siempre debe tener un trasfondo significativo.
Este encuentro no sólo iluminó el proceso de convertirse en humorista, sino que también subrayó la importancia de adaptarse a un mundo en constante cambio, donde el humor sigue siendo un reflejo de la sociedad.