(Caracas, 3 de diciembre de 2024). – La historia de Santa Claus en la avenida Boyacá, comúnmente llamada Cota Mil, ha dejado una huella imborrable en la comunidad, gracias a la dedicación y amor de una familia que mantuvo viva la tradición año tras año, dándole la bienvenida a la Navidad cada 1 de diciembre.
Todo comenzó con un español que, con su traje típico de Santa, llegó de Europa e inició esta costumbre en la entrada de Boleita, saludando a los transeúntes cada mañana del primero de diciembre, a las 5:00 a.m., junto a su hija Beatriz.
Ramón Canela, fue el hombre que inició la tradición y compartió su alegría y espíritu navideño con todos los que pasaban por el lugar desde 1950, hasta 2019, cuando viajó a Barcelona a estar con su familia.
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Sin embargo, su partida dejó un vacío en la comunidad. El 19 de febrero de 2019, Beatriz anunció en redes sociales el fallecimiento de su padre, un momento que conmovió a muchos que lo conocieron.
A pesar de la tristeza, Beatriz decidió honrar la memoria de su padre y continuar con la tradición que él había comenzado, dando el legado a Gilberto Sánchez que desde entonces se viste de Santa y va acompañado de su hija vestida de elfa a saludar y compartir con los transeúntes.
«Ahora me toca a mí. Quedé con un compromiso y voy a salir a la Cota Mil», afirmó Sáncez en una entrevista para Shirley Radio.
Así, el 1 de diciembre de 2019, Gilberto comenzó su propia versión de Santa Claus, con el objetivo de llevar felicidad y entusiasmo a la comunidad.
«Debo mejorarlo, debo ponerlo más bonito, más actualizado», expresó.
Hoy, seis años después de esa decisión, Beatriz sigue llevando alegría a la Cota Mil, convirtiéndose en un ícono de la temporada navideña. «Mi objetivo es seguir la tradición y compartir el cariño que siempre entregó», concluyó.