(París, 11 de enero de 2025 – EFE / MundoUR).- Las exequias del histórico líder ultraderechista francés Jean-Marie Le Pen, fallecido el martes a los 96 años, han comenzado en «la más estricta intimidad» -por deseo de su familia-, pero rodeadas de un fuerte dispositivo policial para evitar disturbios, dado el carácter polémico del personaje.
En la pequeña localidad pesquera de La Trinité-sur-Mer (región de Bretaña, noroeste de Francia), donde nació Le Pen el 20 de junio de 1928, unos 200 invitados asistieron a la misa celebrada en la iglesia del pueblo, donde se desplegaron unos 100 agentes de la Policía y la Gendarmería.
Por expreso deseo de la familia, la prensa no tuvo acceso a la ceremonia religiosa, ni tampoco lo tendrá al cementerio de la localidad, donde Le Pen será enterrado en la misma sepultura donde reposan los restos de sus padres.
*Lea también: Jean Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional francés, muere a los 96 años
No obstante, las cámaras captaron la llegada de los invitados, con la hija de Le Pen y actual líder de la ultraderecha francesa, Marine, a la cabeza, vestida de luto riguroso y acompañada por su hermana mayor, Marie Caroline.
Para evitar incidentes, la delegación del Gobierno francés en el departamento bretón de Morbihan ha prohibido manifestaciones este sábado en La Trinité-sur-Mer por el riesgo de que las honras fúnebres atrajesen un buen número de admiradores, pero también de detractores del fallecido político.
El pasado martes, el día de la muerte de Jean-Marie Le Pen, miles de personas celebraron públicamente en varias ciudades francesas el deceso, lo que indignó al propio Gobierno francés, que repudió que «se baile sobre un cadáver».
*Lea también: Francia exige pruebas como «selfies» para quienes usen páginas con contenido pornográfico
En una encuesta realizada por Odoxa, un 68 % de los franceses tiene una mala opinión del fundador del Frente Nacional (FN), posteriormente rebautizado como Agrupación Nacional (RN), formación liderada hoy su hija.
Según el sondeo, la mayor parte ve al patriarca Le Pen como una figura antisemita y xenófoba. No en vano, fue condenado decenas de veces por declaraciones que minimizaban el Holocausto o estigmatizaba al extranjero, así como a los judíos y musulmanes.
Le Pen padre ha sido también acusado de participar en actos de tortura durante la guerra de independencia de Argelia (1954-1962), en la que él mismo participó como paracaidista.