(La Paz, 16 enero de 2025. EFE/MundoUR).- Los seguidores del expresidente de Bolivia Evo Morales (2006-2019) decidieron este jueves suspender sus movilizaciones y le dieron un plazo de seis días al Gobierno de Luis Arce, después de dejar una lista de peticiones en la que exigen soluciones a la crisis económica y el cese a la «persecución política» contra sus líderes.
Una comisión de los dirigentes que defienden al exmandatario entregaron una carta en la que desglosan sus demandas, como soluciones prontas al encarecimiento de alimentos y a la falta de dólares y combustibles, tras cuatro días de vigilia en la sede de los órganos Ejecutivo y Legislativo.
«Se ha definido, a nivel de todas las organizaciones sociales, hacer un cuarto intermedio para ver si este Gobierno hace caso a todas las demandas, analice y que vea cómo solucionar (…) Por el resguardo de nuestros compañeros, esperamos que haya una pronta respuesta», dijo el dirigente Carlos Zavaleta, quien es representante del sector petrolero afín a Morales.
Los seguidores de Morales le dieron al presidente Arce hasta el 22 de enero para que responda a sus peticiones, de lo contrario sus bases informaron que se reunirán en la región central de Cochabamba para tomar otras medidas de hecho.
Por su parte, la dirigentes campesina Juanita Ancieta acusó al Gobierno de querer «perseguir» a los dirigentes afines a Morales que «son el pueblo boliviano».
La movilización, nombrada por los manifestantes como ‘Marcha por la vida’, recorrió entre el viernes y el lunes pasados 98 kilómetros desde la localidad de Patacamaya hasta La Paz para exigir al Gobierno de Luis Arce soluciones a la crisis y un alto a lo que llaman «persecución» a sus líderes.
En la marcha participaron campesinos, cocaleros, indígenas y otros sectores leales a Morales, quien está distanciado de Arce desde finales de 2021 por diferencias en el manejo del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) y el Ejecutivo.
El lunes, los manifestantes intentaron entrar hasta la sede del Ejecutivo para entregar en la casa de Gobierno un documento con sus demandas, y terminaron lanzando petardos y piedras a los policías, que les respondieron con gases lacrimógenos para dispersarlos.
El martes, la Policía mantuvo cerrados y bajo fuerte custodia todos los ingresos hacia la sede de Gobierno, mientras que los manifestantes se aproximaron a las barreras, pero los agentes les cerraron el paso.
Los dirigentes afines a Morales reportaron al menos 40 arrestados entre ambos días.
No obstante, en la víspera y esta jornada los manifestantes que realizaban «una vigilia» se dispersaron, mientras que la Policía aún mantiene el resguardo a una cuadra alrededor del centro político.
A diferencia de otra marcha realizada en septiembre por estos mismos sectores, en esta ocasión no participó Evo Morales, quien desde octubre se encuentra en el Trópico de Cochabamba, su bastión sindical y político en el centro del país, resguardado por centenares de cocaleros, para evitar ser detenido por un caso de trata agravada de personas.
El viernes se realizará una audiencia reprogramada contra Morales, procesado por el caso de trata agravada de personas, por supuestamente haber tenido un hijo con una joven de 15 años durante su presidencia.
El martes, el expresidente, mediante sus abogados, alegó que estaba enfermo y por esa razón no se presentó a una primera audiencia programada para ese día.
Las investigaciones contra Morales y las movilizaciones de sus sectores se dan en medio de su pugna con el presidente Arce por el control del MAS y la definición de la candidatura oficialista para los comicios generales de este año.
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