(Caracas, 21 de enero, 2025).- En su discurso de investidura, el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que su administración pondrá fin a los programas de diversidad y a las políticas de identidad de género.
Trump afirmó que «a partir de hoy, la política gubernamental de Estados Unidos reconoce solo dos géneros: masculino y femenino».
En este contexto, la abogada y defensora de los derechos LGBTIQ+, Tamara Adrián, señaló que «no solo se trata de las personas trans o no binarias, sino también del 2.7% de la población mundial que es intersexual».
Puntualizó que este porcentaje de la población «a menudo son forzadas a vivir en un sexo que no corresponde con su identidad, lo que es una forma de mutilación y violencia».
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Adrián también destacó que esta decisión es parte de un movimiento más amplio que busca revertir los derechos sexuales y reproductivos.
La abogada enfatizó que la lucha por los derechos de las minorías no puede ser silenciada por creencias culturales o religiosas. «No se pueden alegar valores culturales para negar derechos humanos fundamentales», subrayó.
«Lo que estamos viendo es una regresión global en los derechos basados en género, similar a lo que ocurrió en Afganistán, donde las mujeres han perdido prácticamente todos sus derechos».
Adrián también abordó la polarización en la sociedad actual, señalando que «la batalla entre los llamados valores culturales tradicionales y la universalidad de los derechos humanos es una lucha constante». Según ella, «no se puede imponer un sistema de valores sobre otros, y eso es lo que estamos viendo con esta administración».
El anuncio de Trump también plantea preguntas sobre las consecuencias prácticas para aquellos que no se identifican con los géneros binarios. «La invisibilidad social, cultural y laboral es una de las principales consecuencias de este tipo de políticas», advirtió Adrián.
