(Madrid, 26 de enero de 2025 – EFE / MundoUR).- Dos goles del franco-angoleño Randy Nteka en los minutos finales permitieron al Rayo remontar el tanto inicial de Bryan Gil para el Girona e impulsarse en la clasificación lejos del descenso y mirando cada vez más cerca Europa, objetivo que tiene el conjunto catalán que dirige Míchel, que sintió el calor de la afición vallecana durante todo el partido.
El duelo comenzó marcado por dos nombres propios. Uno por la vuelta, una vez más, de Míchel a su ‘casa’, a Vallecas, siendo reconocido por la afición del Rayo, que también se acordó con una enorme pancarta del nigeriano Wilfred Agbonavbare, portero del equipo madrileño entre 1990 y 1996 y fallecido el 27 de enero de 2015.
La primera parte no tuvo un ritmo alto de juego y la igualdad que demostraron ambos equipos no permitió que hubiera grandes ocasiones, siendo las dos más claras para el Rayo. La primera, a los cuatro minutos, con un remate de Jorge de Frutos que sacó por bajo Paulo Gazzaniga y la segunda, a los 40, con un disparo desde fuera del área de Sergio Camello que atrapó el portero argentino.
Precisamente Gazzaniga protagonizó uno de los dos contratiempos en forma de lesión que sufrió el Girona en la primera parte, que también perdió al neerlandés Daley Blind por el mismo motivo antes del descanso.
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El parón, y sobre todo los cambios, le vinieron bien al Girona, que comenzó a ganar metros sobre el área rival en la segunda mitad y encontró su premio a los 58 minutos. Iván Martín puso un centro al segundo palo desde la derecha y Bryan Gil, que se adelantó a Ratiu, remató de cabeza y Augusto Batalla, aunque tocó el balón, no pudo impedir que entrara en su portería.
El gol dejó un tanto aturdido al Rayo, que tardó unos minutos en reaccionar y pudo lograr la igualada a los 68 con un remate alto de Jorge de Frutos tras un pase cruzado de Oscar Valentín.
Sí lo hizo en tres minutos mágicos, entre el 79 y el 82, cuando irrumpió en escena Randy Nteka. Primero para lograr la igualada aprovechando un balón rebotado en el área pequeña y después al culminar una buena jugada rápida por la izquierda de Álvaro García.
Esas dos acciones llevaron el delirio a la grada de Vallecas y desesperaron al Girona, que, en los pocos minutos que hubo hasta el final, no encontró los mecanismos para hacer daño al equipo madrileño, aunque pudo empatar en el tiempo añadido con un disparo centrado del uruguayo Christian Stuani que despejó de puños Augusto Batalla, que poco después también sacó por bajo otro remate de cabeza de David López.
