(Teherán, 12 de febrero de 2025 – EFE / MundoUR).- Irán cerró este miércoles la puerta a negociar su programa nuclear con Estados Unidos mientras Washington mantenga la política de “máxima presión” contra Teherán.
“Decimos no a las negociaciones porque Estados Unidos no entiende el lenguaje de las negociaciones”, dijo la portavoz del Gobierno, Fatemeh Mohajerani, a medios tras la reunión del Gabinete.
“No puedes imponer políticas de máxima presión con una sonrisa y después decir que buscas negociar”, añadió Mohajerani.
La portavoz aseguró que su país «siempre ha seguido una estrategia de negociación», pero no lo hará en las circunstancias actuales y mantuvo que el país no se rendirá ante la presión estadounidense.
“Los iraníes están abiertos a negociar y a ser amigos, pero no sucumbirán a la fuerza ni al doble discurso”, dijo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha afirmado que está dispuesto a negociar con Irán, opción que dice preferir a bombardear el país persa.
*Lea también: Marco Rubio calificó de «absurdo» que buques de guerra de EEUU pague para usar el Canal de Panamá
Pero al mismo tiempo ha reimpuesto la llamada política de “máxima presión” contra el país persa y emitido nuevas sanciones para detener la venta de petróleo iraní.
Irán presentó ayer una protesta ante las Naciones Unidas por de Trump en las que amenazó con bombardear el país y advirtió que responderá a agresiones estadounidenses.
El líder supremo iraní, Ali Jameneí, sin embargo rechazó la posibilidad de negociar al afirmar que hablar con Washington “no es sabio, no es inteligente y no es honorable” y recordó que Trump abandonó el pacto nuclear de 2015.
Ese acuerdo, firmado entre Irán y seis potencias, limitaba el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de las sanciones, pero Trump lo abandonó unilateralmente en 2018 y reimpuso medidas económicas contra Teherán.
Tras la salida estadounidense del acuerdo nuclear, Irán enriquece uranio muy por encima de lo permitido y ya posee 182,3 kilos enriquecidos al 60 % de pureza, cercano al uso militar del 90 %, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).