(Caracas, 18 de febrero de 2025).- Tras el incremento de criminalidad en Caracas, Catuche, en La Pastora, logró un pacto social que llegó a una transformación de paz. Luis Izquiel, abogado y profesor de criminología en la Universidad Central de Venezuela, explicó que Catuche no escapó de las altas tasa de homicidio que rodearon a Venezuela.
Resaltó que esta es una zona de paz, pero no construida desde el funcionario del estado, sino desde la comunidad.
«Entre 2007 y 2008, cuando se cortó la delincuencia, esta se volvió una historia de éxito de la comunidad y las madres, además de las instituciones como Fe y Alegría» añadió.
Izquiel indicó que también es una historia de fracaso para el estado, insistiendo en que, cuando las comunidades deben cortar la violencia por su cuenta, es porque el estado fracasó
Recordó que en Catuche se vivía una guerra entre dos bandas que dejó a más de 100 fallecidos en la zona, Fe y Alegría, como miembro de la Iglesia, junto con las madres de los asesinados, lograron cortar este círculo de violencia
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También señaló que la Iglesia ha tenido una labor importante en las cárceles venezolanas y en la construcción de paz, agregando que, sin la ayuda de Fe y Alegría como mediador en Catuche, no se hubiera llegado a un resultado tan eficaz.
Por su parte, Thais Contreras, licenciada en trabajo social de la UCV y consultora en el área de desarrollo social en el proyecto “Sueño de Catuche”, resaltó que la pobreza, las pocas oportunidades, la presión y la vinculación con otros pares que están en lo mismo, además de la falta de educación y de familias estructuradas, pueden llevar a los jóvenes a delinquir.
«El reconocimiento de esta zona como parte de Caracas ha ayudado a la construcción de la paz y la convivencia como un espacio fundamental donde se respetan los deberes y derechos. Fe y Alegría ha sido parte del legado del trabajo educativo de encuentro y formación» acotó.
Contreras informó que este ha sido un proceso social de larga data, ya que desde hace 30 años se está trabajando en la unión de buenas voluntades.
El Padre Francisco José Virtuoso «Joseito»: un hermano para Catuche
Lisbeth “Beba” Mora, fue la mano derecha del Padre Francisco José Virtuoso, quien tuvo un papel fundamental en la construcción de la paz en la zona.
«El padre Joseito fue parte de esa generación que quiso venezolanizar la vida religiosa, transformar al pueblo venezolano con conocimiento de este desde adentro» dijo.
Recordó que el padre “Joseito”, como fue conocido por la comunidad, fue destinado por la congregación a La Pastora, donde hizo un trabajo pastoral que quedó en la mente de Catuche, convirtiéndose en un hermano para una comunidad que constituia una zanja en el corazón de Caracas