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viernes, febrero 28, 2025

Nos vemos en el Teatro con Casas Muertas

Por Alejandra Lollett

La versión teatral de Casa Muertas, obra literaria de Miguel Otero Silva, nos invita a sumergirnos en un mundo de opresión y desolación aunque también de lucha y resistencia. Adaptada por Jan Vidal y dirigida por Javier Vidal, la pieza no solo conserva la fuerza del texto original, sino presenta una obra profundamente contemporánea que habla de las cicatrices sociales y psicológicas de la Venezuela que se ve reflejada en sus personajes. Esta producción, con un elenco de gran talento y una puesta en escena minimalista consigue captar la esencia de la tragedia humana y la complejidad de un país marcado por la violencia, la esperanza rota y la sobre vivencia.

La elección del color sepia evoca la idea de un pueblo envejecido, gastado por el paso del tiempo. Ortiz, el pueblo donde se desenvuelve la historia se va desintegrando entre partidas, epidemias y muertes, es una metáfora viva de un país que parece marchitarse. Un objeto sencillo como una mesa está cargado de significado, juega un rol simbólico en cada puesta en escena. Se convierte en el punto de convergencia de las emociones humanas más básicas: amor, muerte, tortura y despedidas. Desde una firma nupcial hasta un acto de violencia, la mesa es testigo de los giros dramáticos que ocurren en la vida de los personajes y su presencia en el centro del escenario, refleja la dualidad de la existencia: lo bello y lo trágico entrelazados.

La iluminación, sutil y efectiva, realza las emociones de los personajes y de cada escena. Ilumina con precisión los rostros y gestos de los actores. Se convierten en una extensión de la psicología de los personajes. Cada declaración, cada susurro, cada lágrima o sonrisa es amplificada por la luz que baña al actor, haciendo que cada momento se sienta personal para el público. La puesta en escena, sin adornos innecesarios, permite que los actores brillen por su autenticidad y fuerza interpretativa.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los grandes pilares de esta producción. Julie Restifo, como la madre, ofrece una interpretación profundamente conmovedora, su rostro reflejando tanto la dureza del dolor como la persistente esperanza. Claudia Rojas, en su papel de hija, representa la juventud que lucha por sobrevivir en un mundo que parece no tener futuro. La tensión entre estos dos personajes, madre e hija, es palpable y la química entre ambas actrices es uno de los puntos más poderosos de la obra.

Sin embargo, la revelación de esta producción es el joven actor Bladimir Aguilera, quien asume el personaje del coronel Cubillos con una fuerza y determinación sorprendentes. Su presencia en el escenario es electrizante. La violencia y el resentimiento que emanan se siente como una presión constante sobre el resto de los personajes. Su interpretación hace que su personaje se convierta en la antítesis de la esperanza y la redención que buscan los demás y es su brutalidad la que obliga a los otros a confrontarlo, lo que aumenta la carga dramática y tensiona las relaciones interpersonales. El actor, aunque novel, deja claro su talento y promete un futuro brillante en el teatro.
El elenco completo, que incluye a Theylor Plaza, Wilfredo Cisneros, Javier Vidal, Jan Vidal, Jéssica Arminio, Evelin Nava y Sergio Malpica, ofrece actuaciones de primera línea. Cada personaje, en su particularidad, refleja una faceta distinta de la venezolanidad: la jocosidad, la resignación, la lucha por la sobre vivencia, el amor y la fe inquebrantable. Es la representación de un pueblo entero, atrapado en su historia, su dolor y su anhelo de justicia.

La dirección de Javier Vidal es excepcional al manejar los matices emocionales de la obra. Equilibra la tensión con momentos de calma. Resalta las emociones de sus actores demostrando un gran entendimiento de la obra y de sus personajes. La conexión que establece con el público es profunda y palpable y logra que la tragedia se sienta personal, como si cada espectador compartiera, de alguna manera, el destino de los personajes.

En resumen, Casa Muertas es una obra de teatro que aborda temas universales y humanos con una intensidad impresionante. La adaptación de Jan Vidal y la dirección de Javier Vidal logran extraer lo mejor de Otero Silva, respetando la esencia del texto original mientras lo reinterpreta en un contexto más contemporáneo y visceral. La escenografía austera, la iluminación precisa, el elenco de primera calidad y sobre todo, la impresionante actuación de Bladimir Aguilera como el coronel Cubillos, hacen de esta producción una experiencia teatral profunda, conmovedora y sobre todo, reveladora. Sin duda, Casa Muertas es una obra que deja una huella imborrable en el público y confirma la importancia de la memoria histórica y la lucha frente a la adversidad.

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