(Lisboa, 9 de marzo de 2025 – EFE / MundoUR).- La imagen original de la Virgen de Fátima, en Portugal, viajará el próximo mes de octubre a Roma por petición del papa Francisco y con motivo del Jubileo de la Espiritualidad Mariana.
El Santuario de Fátima informó en un comunicado enviado este domingo a EFE de que será la cuarta vez que la imagen se desplaza a la capital italiana.
La nota explica que el santo padre hizo la petición hace algunos meses a través del Dicasterio para la Evangelización, y así los días 11 y 12 de octubre la imagen saldrá de la Cova da Iria, el lugar donde, según la tradición católica, tres niños pastores vieron a la Virgen, para ir al Vaticano.
El rector del Santuario de Fátima, el padre Carlos Cabecinhas, destacó en el texto que en el pasado la escultura ha salido de su ubicación habitual de «forma muy excepcional» y solo por petición de los papas.
*Lea también: Papa Francisco recibió a autoridades vaticanas para ponerse al día sobre la situación del mundo
«La devoción especial con la que Francisco mira a esta escultura, como ocurrió en Campo da Graça en Lisboa, en la misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud, es para los devotos de Nuestra Señora de Fátima un verdadero estímulo para acoger el mensaje de paz que la Virgen María trajo al mundo en Fátima», señaló.
Será la cuarta vez que la imagen salga del santuario, situado al norte de Lisboa, para viajar a Roma: la primera se produjo el 25 de marzo de 1984 a petición del papa Juan Pablo II, mientras que la segunda fue entre el 6 y el 9 de octubre de 2000 también bajo el papado de Karol Wojtyla.
La tercera vez que la escultura estuvo en el Vaticano fue entre el 12 y el 13 de octubre de 2013 tras una solicitud del papa Francisco.
La imagen original es obra del artista portugués José Ferreira Thedim, que la creó en 1920 y se ubica habitualmente en la Capilla de las Apariciones, en Cova da Iria, donde en 1917 se produjeron las apariciones a los niños pastores Lúcia, Francisco y Jacinta.
La figura tiene 104 centímetros de altura y fue esculpida en cedro de Brasil a partir del testimonio de Lúcia. Fue coronada solemnemente el 13 de mayo de 1946, y la bala que alcanzó al papa Juan Pablo II dejándolo herido en el atentado que sufrió en 1981 en la plaza de San Pedro del Vaticano fue incrustada más tarde en la corona.