(Caracas, 26 de marzo del 2025. MundoUR).- En el marco del mes de la mujer, se conversó en Shirley Radio con el periodista y escritor Karl Krispin sobre el papel de las mujeres en la literatura contemporánea.

Según Krispin “la literatura no es buena o mala porque la hagan hombres o mujeres, sino porque es literatura”. Tomando en cuenta la monopolización de la escritura por parte de los hombres a lo largo de la historia.

De tal manera, hizo enfásis en obras de autoras como Virginia Woolf, Mary Shelley y Rosa Montero, quienes han dejado una huella indeleble en el mundo literario.

El canon occidental y la inclusión femenina

Harold Bloom, en su polémico libro El canon occidental, destaca 300 obras maestras de la literatura, de las cuales solo cuatro son escritas por mujeres: Jane Austen, George Eliot, Emily Dickinson y Virginia Woolf.

Este último, conocido por su novela Orlando, presenta la historia de un aristócrata que, a lo largo de varios siglos, cambia de sexo, lo que plantea preguntas profundas sobre la identidad y el amor.

“Alguien dijo que Orlando es el poema de amor más largo de la lengua inglesa”, comentó Karl.

La búsqueda de espacios propios

Virginia Woolf, en su ensayo »Un cuarto propio» aborda la necesidad de que las mujeres tengan un espacio donde puedan pensar y escribir libremente.

“Esto sienta un precedente en la literatura y en la lucha por los derechos de las mujeres”, afirmó el crítico.

Esta búsqueda de independencia se reflejó en la creciente participación de mujeres en clubes de lectura y discusiones literarias en Venezuela.

La Gastronomía y la Literatura

Asimismo, en un giro inesperado, Krispin presentó su nuevo libro, Los cochinos voladores, que compila ensayos sobre gastronomía y literatura.

“Este libro es un homenaje a la devoción por el gusto y la escritura”, explicó.

La obra incluye reflexiones sobre gastrónomos de diversas culturas y busca conectar la experiencia literaria con la culinaria.

Promoviendo la diversidad literaria

“Hay una profusión de autoras por descubrir”, concluyó Karl, invitando a los lectores a explorar la riqueza de las voces femeninas en la literatura.

La literatura, en su esencia, es un reflejo de la diversidad de la experiencia humana, y las mujeres están, sin duda, en el centro de esta narrativa.