(Caracas, 24 de abril de 2025. Ashley Gómez/MundoUR).- En el marco de la guerra de aranceles que se ha suscitado entre China y Estados Unidos, el país asiático asegura que muchos productos de marcas lujosas son manufacturados en su país a bajo costo y vendidos a precios exorbitantes en otras naciones. Adolfo Laborde, analista internacional y Aura Marina Hernández, relacionista pública con más de 30 años de experiencia en marcas de lujo profundizaron en este tema.

La rentabilidad de China para las marcas de lujo

Adolfo Laborde explicó que desde la apertura de China al mundo en los años 80, el país ha desarrollado una gran capacidad manufacturera.

«China ha generado economías de escala, produciendo a bajo costo y en grandes volúmenes. Esto ha atraído a muchas empresas internacionales», afirmó.

La especialización en la producción de marcas de lujo ha sido un factor clave. «Las marcas producen con buena calidad y a bajo costo. Esta tradición manufacturera ha hecho que China sea difícilmente reemplazable en este nicho», añadió Laborde.

El impacto del precio en la percepción de marca

Laborde señala que aunque el costo de producción de una bolsa de lujo puede ser inferior a $400, el precio de venta puede alcanzar cifras de hasta $23,000.

«La gente no solo paga por el producto, sino por la marca y el estatus que esta conlleva», enfatizó.

Aura Marina Hernández también comentó que las grandes marcas sí tienen fábricas propias en países como Francia, España e Italia y destacó que la calidad de la manufactura en estas fábricas es superior. «La calidad y la supervisión son esenciales», añadió.

La calidad y las falsificaciones

Ambos expertos coinciden en que la proliferación de productos falsificados ha generado desconfianza en el mercado.

«Hoy en día, el consumidor busca etiquetas y estatus, lo que ha llevado a un auge en las falsificaciones», comentó Hernández. «Sin embargo, hay una diferencia notable en la calidad entre las copias y los originales», añadió.

Laborde también mencionó que la calidad de los productos chinos ha mejorado significativamente en los últimos años. «Los estándares de calidad han evolucionado, y muchos productos pueden confundir al consumidor», explicó.

La guerra comercial en redes sociales

«La guerra no es solo económica; también es cultural y política», señaló Laborde.

Hernández agregó que esta situación ha llevado a un aumento en la aspiración de los consumidores jóvenes por poseer artículos de lujo, lo que complica aún más la situación para las marcas tradicionales. «La gente quiere tener lo que no puede pagar, lo que alimenta el mercado de falsificaciones», concluyó.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha añadido una capa adicional de tensión, que se manifiesta en el comportamiento del mercado y en la percepción de las marcas de lujo a nivel mundial.