(Caracas, 15 de mayo de 2025. MundoUR).- El caso del famoso influencer Frank Cuestas, quien reveló que todo lo que decía en redes era mentira y afirmó ser mitómano, ha generado un gran revuelo en redes sociales.
«Yo no tengo cáncer, todos los animales que tengo son comprados y esto me pasa porque tengo un problema de mitomanía y de ego», afirmó el influencer a través de sus redes sociales.
La psiquiatra especialista en terapia cognitivo conductual, Delmeyer Alcala, explica que «puede que el mitómano, cuando está entre la espada en la pared, admita que dijo una mentira, pero no asume cuál y no acepta todo«.
Para ella, una persona normal puede decir una mentira con un propósito claro, pero el mitómano «se mezcla tanto a las circunstancias que hay una creencia real, y ahí es donde raya entre el delirio».
El caso de Frank Cuesta no solo expone la complejidad de la mitomanía, sino que también plantea preguntas sobre la responsabilidad de los influencers en la era digital. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar para mantener su imagen y seguidores?