Madrid (EFE).- Con Lewis Hamilton en la producción, F1 llega el viernes a los cines con el objetivo de convertirse en el taquillazo del verano.
Brad Pitt interpreta a Sonny Hayes, un veterano piloto que de joven apuntaba a ser un gran campeón de F1 hasta que un accidente truncó su carrera. Treinta años después sobrevive en carreras como las 24 horas de Daytona hasta que un viejo amigo, Ruben Cervantes (Javier Bardem) le ofrece regresar a la principal competición automovilística del mundo para ayudarle a salvar su escudería.
Una mujer, Kate, es la ingeniera jefe del equipo -interpretada por la irlandesa Kerry Condon, que brilló en ‘Almas en pena en Inisherin’, y que aquí es simplemente el elemento femenino del filme-, el piloto joven y arrogante es negro (Damson Idris) y el dueño del equipo -Bardem-, hispano.
Por la película pasan pilotos como Charles Leclerc y Lewis Hamilton, de Ferrari; Max Verstapen, de Red Bull; Carlos Sainz, de Williams; y Alexander Albon; Fernando Alonso, de Aston Martin, o George Russell, de Mercedes.
Todo un despliegue que hace que por momentos la película parezca casi un documental sobre el mundo de la Fórmula 1.
Más de 300 millones de dólares de presupuesto, según los medios estadounidenses, para una película que se ha hecho en colaboración con la organización de la F1 y sus diez equipos y que ha encontrado en Brad Pitt la mejor publicidad posible para su deporte.
Y que se inscribe en la tradición de Hollywood de cine sobre carreras, que tiene ejemplos notables como ‘Las 24 horas de Le Mans’ (1971), con Steve McQueen, o ‘Le Mans ’66’ (2019), con Matt Damon y Christian Bale.





