(Caracas, 13 de agosto de 2025. MundoUR).- El streaming y la digitalización cambiaron la forma de consumir música y de entender la industria musical.
«Antes los sellos discográficos significaban un epicentro de encuentro de todos los profesionales de la industria musical. Los sellos como epicentro se desarticularon, y los profesionales han buscado otros espacios para encontrarse», dice Otto Ballaben – Araneo, profesional con 20 años de experiencia en el sector cultural y creativo.
Para un artista es muy difícil sacar música y un álbum puede costar entre $ 250,000 y $ 300,000. A esto se le suma lo difícil que es hacer promoción. «A pesar de que la música hoy en día se ha democratizado, muchos todavía sueñan con pertenecer a una major precisamente por el poder que hay de promoción en una disquera», comenta Marysabel Huston, periodista musical.
Pero a pesar de esa ayuda, muchos artistas prefieren no atarse a las disqueras por miedo a perder su libertad creativa. «Los artistas pueden sentirse intimidados por el lenguaje legal de los contratos. Las disqueras han tenido que flexibilizarse para que el artista no sienta miedo», finaliza Huston.










