(Ciudad del Vaticano, 19 de octubre de 2025 – Unión Radio / MundoUR).- José Gregorio Hernández y madre Carmen Rendiles, junto a otros cinco, fueron declarados este domingo oficialmente santos universales en una ceremonia presidida por el papa León XIV en la Plaza San Pedro de El Vaticano.
Junto a ellos, fueron canonizados Ignacio Choukrallah Maloyan (Turquía), Peter To Rot (Papúa Nueva Guinea), Vincenza María Poloni (Italia), María Troncatti (Italia) y Bartolo Longo (Italia).
Al evento que comenzó a las 4:30am (hora de Venezuela) asistieron los altos jerarcas de la iglesia católica nacional, entre ellos los cardenales eméritos Baltazar Porras y Diego Padrón, el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, Jesús González de Zárate, el arzobispo de Caracas, Raúl Biord, así como el nuncio apostólico en Venezuela, Alberto Ortega.
La ceremonia inició con el Cardenal Prefecto quien mencionó una breve biografía de cada uno de los beatos. Cuando leyó la semblanza de José Gregorio Hernández la plaza San Pedro estalló de júbilo. Luego, el papa León XIV invitó a orar y se escucharon las letanías de los Santos.
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Su Santidad leyó la fórmula de la canonización a las 5am: »En honor de la Santísima Trinidad, para exaltación de la fe católica y crecimiento de la vida cristiana, con la autoridad nuestro Señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Nuestra, después de haber reflexionado largamente, invocando muchas veces la ayuda divina y oído el parecer de numerosos hermanos en el episcopado, declaramos y definimos Santos a los Beatos mártires y los inscribimos en el catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la iglesia sean devotamente honrados entre los Santos».
Cerca de 55.000 personas se congregaron en la plaza para la misa de canonización, según informaron las autoridades locales.
Entre los asistentes, destacó la numerosa presencia de venezolanos, que se hizo notar por la gran cantidad de banderas de su país y camisetas con imágenes de los nuevos santos.
San José Gregorio Hernández, conocido como el ‘médico de los pobres’, nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, un pequeño poblado del occidental estado de Trujillo, y fue criado por una familia modesta de marcados valores religiosos.
En Venezuela hace más de un siglo que se le profesa devoción y su canonización ha sido durante años uno de los pocos puntos de unión entre chavistas y opositores en medio de la polarización política.
Durante su vida, fue muy querido por su dedicación a los pobres y su incansable trabajo como médico, y se le recuerda por su gran caridad y humildad
Hernández se trasladó a Caracas a los 13 años para continuar con sus estudios y se graduó de médico en la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1888.
Murió el 19 de junio de 1919, atropellado por uno de los pocos vehículos que circulaban en Caracas.
Fue beatificado el 30 de abril de 2021 después de que el papa Francisco reconociera el milagro de la recuperación de Yaxury Solórzano Ortega, una niña que recibió un disparo en la cabeza y a quien los médicos daban por perdida.
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Pese a que el Vaticano solo ha reconocido este milagro, en Venezuela a Hernández Cisneros se le atribuyen «miles» de favores, por lo que la Iglesia local empezó el proceso para su canonización desde 1949, siendo declarado siervo de Dios en 1972.
Santa Carmen Rendiles, por su parte, nació el 11 de agosto de 1903 en Caracas como la tercera de nueve hermanos. Desde joven mostró una profunda vocación religiosa, que fue rechazada por varias comunidades debido a su discapacidad, ya que le faltaba casi todo el brazo izquierdo.
En 1927 ingresó a la Congregación de las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento, y en 1965, con el apoyo del episcopado venezolano, logró la independencia de la congregación y fundó un nuevo instituto religioso, del que fue primera superiora general.
A lo largo de su vida, se dedicó a la educación, fundando colegios para niñas de bajos recursos, y promovió importantes obras sociales, siempre comprometida con la enseñanza de la catequesis y el servicio a los más necesitados.
En 1974, sufrió un accidente de tráfico que le dejó una pierna fracturada, y, a pesar de sus limitaciones físicas, continuó trabajando moviéndose con muletas y silla de ruedas hasta que finalmente falleció el 9 de mayo de 1977.
La religiosa fue beatificada por el papa Francisco el 16 de junio de 2018, después de que se aprobara un milagro atribuido a su intercesión en la curación de una médica venezolana en julio de 2003, y en marzo de 2021 se aprobó el segundo milagro que permitió su canonización: la «curación milagrosa» de una mujer en 2015.
Con información adicional de EFE
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