(Sídney (Australia), 26 de diciembre, 2024. EFE/MundoUR).- Bomberos lucharon este jueves contra las llamas de varios incendios que han calcinado más de 55.000 hectáreas en más de una semana en el parque nacional Grampians en el estado de Victoria, en el sureste de Australia, entre órdenes de evacuaciones en zonas residenciales cercanas.
Con las altas temperaturas en el verano austral, los servicios de emergencia locales lanzaron una orden de evacuación en localidades al norte del parque nacional, mientras que en algunas áreas alertaron de que era demasiado tarde y aconsejaron a los residentes refugiarse en sus hogares.
An EMERGENCY WARNING – BUSHFIRE – Take Shelter Now is being issued for Bornes Hill and North Boundary Road area.
— VicEmergency (@vicemergency) December 25, 2024
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«Si estás en peligro y tienes que actuar inmediatamente para sobrevivir, la opción más segura es protegerte en el interior de la vivienda», indicaron los servicios en su página web en referencia a áreas en Mafeking, Bornes Hill y Halls Gap.
El humo por los incendios es visible en gran parte del estado e incluso en Melbourne, situada unos 240 kilómetros al este del parque nacional.
El Departamento de Meteorología señaló por su parte que un frente en el oeste de Victoria puede afectar a los incendios creando «fuegos erráticos y peligrosos».
La jefa del Gobierno de Victoria, Jacinta Allan, lanzó en X una advertencia contra quienes pretendan encender fogatas.
The message couldn't be clearer: today's a day of total fire ban across Victoria. Don't be a dickhead. No fires to be lit.
— Jacinta Allan (@JacintaAllanMP) December 25, 2024
«El mensaje no podría ser más claro: Hoy hay una prohibición total de fuegos en Victoria. No seas estúpido. No se encienden fogatas», escribió la política.
La temporada de incendios en Australia varía según la zona y las condiciones meteorológicas, aunque generalmente se registran en el verano austral, entre los meses de diciembre y marzo.
Entre 2019 y 2020, durante el bautizado como Verano Negro, al menos 33 personas perdieron la vida por los incendios que asolaron gran parte de Victoria y Nueva Gales del Sur, que afectaron a millones de animales, calcinaron unas 3.000 viviendas y quemaron unos 180.000 kilómetros cuadrados de terreno.