(Caracas, 18 de marzo de 2025. Lismar Rebolledo/MundoUR).- La industria automotriz venezolana enfrenta un panorama desafiante, marcado por el predominio de las importaciones y una producción local que depende en su totalidad de componentes extranjeros.
Omar Bautista, presidente de FAVENPA, informó que «en Venezuela se emsamblaron 5.011 vehículos en 2024, nosotros consideramos que 100% es importado porque no hay un ensamblaje como antes, grandes procesos de producción y actualmente no tenemos suministro a la parte de vehículo ni a la parte de motocicletas, eso es un reto para este año comenzar a producir».
Según Bautista, la falta de suministro de partes y piezas para la fabricación de vehículos y motocicletas representa un obstáculo significativo para reactivar la producción nacional. Gretsy Marín, presidente de ASOCAV, estima que se han importado entre 12.000 y 14.000 vehículos, aunque no cuenta con cifras precisas.
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Ambos líderes gremiales coinciden en que la competencia desleal, proveniente de importaciones que evaden impuestos, perjudica gravemente a la industria local. La falta de inversión, sumada a los bajos volúmenes de venta, ha impedido la reactivación de las ensambladoras tras la pandemia.
«En Venezuela hay muchos actores nuevos con venta e importación de vehículo, se podría decir que el 80% de los vehículos nuevos vienen de Asia», informó Getsy Marín. «China actualmente es el primer importador de vehículos con un millón».
Con un precio mínimo de 16.000 dólares, el vehículo más económico en Venezuela resulta inaccesible para muchos. Bautista y Marín expresaron su preocupación por una posible disminución del poder adquisitivo de la población ante la eventual salida de Chevron del país.
