(Caracas, 06 de mayo de 2025. MundoUR).- Nino Carbone se alza como un maestro sastre, conocido por su dedicación y talento.
Nino, quien llegó a Venezuela en 1965 desde Sicilia, recuerda su infancia: «Desde niño siempre quise ser sastre. En mi pueblo, había una norma que mandaba a los niños a aprender un oficio, y el mío fue la sastrería».
A lo largo de su carrera, ha vestido a personajes notables, aunque prefiere mantener la privacidad de sus clientes. «Para mí, cada traje es un secreto y una historia», afirma.
El proceso de confección de un traje no es simple. «Normalmente, no se hace de una sola vez; hay que probar y ajustar», explica Nino. Un buen traje puede llevar hasta tres días en completarse. Cuando se le pregunta sobre la tela más cara, responde: «La vicuña, sin duda. Es la mejor, pero también la más costosa».
Su pasión por la sastrería y su deseo de mantener el oficio vivo resuena en sus palabras: «Cada vez hay menos sastres. Es lamentable, porque se necesita pasión y dedicación para hacer bien este trabajo».
