MADRID.- El líder socialista español, Pedro Sánchez, fracasó este domingo en lograr la mayoría absoluta en el Congreso para lograr un nuevo mandato como presidente del Gobierno, aunque los resultados de la votación le permitirían revalidar el cargo el martes.
Sánchez logró 166 votos a favor, frente a 165 en contra y 18 abstenciones, cuando necesitaba 176 sufragios positivos para lograr la mayoría absoluta en esta votación.
Con este resultado el presidente del Gobierno en funciones tiene los apoyos necesarios, aunque por un margen mínimo, para la segunda votación del martes, en la que le basta una mayoría simple con más votos afirmativos que negativos.
SÁNCHEZ, CONVENCIDO DE LOGRAR LA PRESIDENCIA
Tras la votación, Sánchez se mostró convencido de que logrará la confianza de la Cámara: «Claro, hombre», respondió a los periodistas que le preguntaron sobre si conseguirá su objetivo.
El líder socialista consiguió el respaldo de los 120 diputados del Partido Socialista (PSOE) y los 34 del izquierdista Unidas Podemos (UP), su socio de coalición -al que le faltaba una legisladora enferma-, además de otros doce de una serie de partidos nacionalistas y regionalistas.
La diputada enferma no pudo solicitar a tiempo el voto telemático, aunque sí podrá participar en la votación del martes, indicaron fuentes de su formación.
En contra votó el bloque de la derecha y ultraderecha (Partido Popular, Ciudadanos, Vox), junto con algunas pequeñas formaciones regionales conservadoras.
La vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, consideró que a pesar de lo ajustado del margen se está «en el buen camino» para culminar el nombramiento de Sánchez y comparó el «ambiente muy constructivo» de la coalición que ha creado el Partido Socialista (PSOE) frente a la derecha «radicalizada».
DEBATE BRONCO, LLAMAMIENTOS A LA DESERCIÓN DE LOS SOCIALISTAS
Igual que en el debate del sábado, la sesión de hoy en el Congreso estuvo marcada por interrupciones e insultos, especialmente de la zona de los partidos de derecha.
«Ustedes son muy sueltos en el insulto», reprochó Sánchez a los parlamentarios de esa zona, a la que en su intervención final acusó de conformar «la coalición del Apocalipsis» frente a la que ofreció la «esperanza» de su proyecto «progresista».
Los momentos de mayor tensión se vivieron durante la intervención de Mertxe Aizpurúa, portavoz de EH-Bildu, un partido independentista vasco considerado el heredero político del grupo terrorista ETA, que cesó sus actividades en 2011 y se disolvió en 2018.
En varias ocasiones, dirigentes del PP y Vox protestaron de forma airada, sin tener uso de la palabra, contra una crítica de Aizpurúa al rey de España y para denunciar que Sánchez pueda alcanzar el martes la jefatura del Gobierno gracias a la abstención de EH-Bildu y del partido independentista catalán ERC.
Conscientes de la exigua mayoría que tiene Sánchez, los partidos del bloque de derecha volvieron a hacer este domingo llamamientos a los diputados del PSOE para que al menos uno de ellos traicione a su partido y vote en contra de su candidato.
La portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, fue la más insistente al apelar a algún diputado socialista «valiente» que vote en conciencia, aunque rechazó que eso suponga alentar la criticada práctica del transfuguismo entre partidos.
El líder socialista denunció la campaña «de insultos y amenazas» lanzada en las últimas horas, sobre todo en las redes sociales, contra los legisladores de su partido para que voten en contra suya, que atribuyó a la «colonización» del discurso político de la oposición por parte de la ultraderecha.
Como mañana lunes es festivo en España, el PSOE emplazó a todos sus diputados que viajen fuera de Madrid para que retornen a la capital ese día por la tarde, a fin de asegurarse que están todos presentes en la mañana del martes en el Congreso para la segunda votación.
EFE/SPLL