LOS ÁNGELES.- Con marchas entre la pobreza inmensa de Skid Row o por las calles empapadas de sueños de Hollywood, Los Ángeles (EEUU) se volcó en una nueva jornada de protestas masivas que por todo el país reclamó el fin del racismo y la brutalidad policial y que exigió justicia por la muerte de George Floyd.
Miles de personas tomaron una vez más Los Ángeles, que en lugar de una gran convocatoria unitaria diseminó sus protestas en una veintena de lugares diferentes: Downtown, Hollywood, Highland Park, Torrance, Beverly Hills…
Pero las manifestaciones en la ciudad californiana dejaron claras dos cosas: que los disturbios y la violencia alrededor de las protestas ya son cosa del pasado, y que por ahora les queda energía de sobra para seguir saliendo a la calle.
EFE