(Santa Cruz de La Palma, 19 de octubre, EFE).- Tras una jornada de relativa tregua, las coladas de lava que emergen del volcán de la isla canaria de La Palma (Atlántico), en erupción desde el pasado 19 de septiembre, han recuperado el pulso; y mientras una de ellas amenaza con atravesar el centro de un barrio ya desalojado, otra se encuentra apenas a 100 metros del mar.
El director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) -que supervisa las operaciones relacionadas con la erupción-, Miguel Ángel Morcuende, apuntó este martes que en las próximas 24 horas se sabrá qué rumbos toman estas coladas; y alertó de que en función de ello habrá «mayores o menos destrozos».
Lea también: Puntos de inmunización ofrecen vacuna contra la fiebre amarilla
Por el momento no hay previstas nuevas evacuaciones. Lo que sí se prevé es el confinamiento en sus casas de todos los vecinos del municipio de Tazacorte (4.600 habitantes) en el caso de que la colada que avanza hacia el mar lo alcance finalmente y comience a formar un nuevo delta lávico como el que surgió en los primeros días de la erupción.
El encuentro del magma y las aguas del océano puede dar lugar a explosiones y a la emisión de gases tóxicos; de modo que la medida de confinamiento se mantendría hasta comprobar que no hay peligro para la población.
Los científicos insistieron hoy en que no hay datos que permitan intuir que el proceso eruptivo esté llegando a su fin.
«Estamos lejos», ha recalcado la directora del Instituto Geográfico Nacional de España (IGN) en Canarias, María José Blanco, a pesar de que la tasa de emisión de dióxido de azufre medida ayer lunes fuera de 9.938 toneladas.
Aunque se trata de una cifra algo menor que la de días anteriores; tendría que bajar a entre 100 y 500 toneladas diarias para pensar en el final.
En cuanto a la menor emisión de ceniza y explosividad del volcán en las últimas horas, Blanco ha recordado que el 27 de septiembre hubo «un parón total» del tremor y de los signos observables en superficie, «y no significó nada».
«Puede ser algo efímero y que luego retome la actividad anterior», ha apuntado la directora del IGN en Canarias.