(Puerto la Cruz, 14 de octubre de 2022. Redacción: Saray Portillo).-Veruzhka Ramírez, Miss Venezuela 1997 y primera finalista en el Miss Universo 1998, reveló que su secreto de belleza ha sido la alegría, el espíritu y la actitud positiva ante la vida para reflejar en el paso del tiempo y sacar esa luz interna que hace ver a cualquiera impecable.
En entrevista con la periodista Paola Cultrera para Puesta en Escena, transmitido por Onda 91.5 FM La Superestación, destacó que el ya no estar en sus tiempos de miss, cuando tenía que estar perfecta, le ha permitido disfrutar la faceta que vive actualmente.
“Creo que el espíritu es quien hace el camino y cuando eres una persona convencida en tu visión, misión de vida y has podido vencer las adversidades, solo hace falta dar gracias y estar en positivisimo”, señaló.
Luego de sufrir problemas de salud tras su paso por los concursos de belleza, la venezolana oriunda del estado Táchira considera que sus 43 años de edad han sido bien vividos y trabajados.
La también autora del libro “¿Quien dice que no se puede?”, contó que la obra está enfocada en la parte motivacional con el fin de que conocieran realmente la historia.
“Porque cada uno de nosotros tiene una historia, con sus partes buenas y otras no tanto, y no somos quienes para juzgar e ir por la vida apagando la luz de los demás”, dijo.
La ex miss de belleza es madre de Sofía y creadora del movimiento «Mamá Real en Tiempo Real», bajo el hashtag #LosNiñosSeRespetan.
Paso por el Miss
La representante del estado Táchira, recibió en 1997 la corona en el Miss Venezuela representando a su región. Un año más tarde fue primera finalista en el Miss Universo.
Resaltó que en el camino de una miss por alcanzar un sueño y objetivo, se sacrifican muchas cosas. Recordó que durante su participación en el Miss Venezuela tuvo que someterse a cualquier cantidad de medicamentos y suplementos para ganar peso.
“Es mas difícil endorgar que rebajar porque al final el daño al que te expones es el doble”, sostuvo.
Explicó que en los años cuando participó en el concurso de belleza el país era muy clasista y elitista, con niñas de sociedad y nombres reconocidos, por lo que una miss de origen humilde, que fuera muchacha de servicio y no tuviera una directriz de pápa y mamá, lo veía demasiado lejos y muy difícil.
“Se viven muchas etiquetas, desplazamiento y prejuicios, cuando la realidad es que la pobreza no va de los bienes materiales sino del alma y corazón”, precisó.
Entre toda la negativa de su entorno que le decía que no iba a lograrlo, aseguró que siempre fue positiva y creyente de merecer una oportunidad. Aclaró que ser miss no es un hobbie sino una carrera que permite traspasar fronteras y crecer.
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“Pero va a de pender mucho de la participante y sus ganas de superarse porque tus sueños no te van a llamar a la puerta, hay que buscarlos, trabajarlos, instruirse, educarse”, instó.
Comentó ser muy querida por Osmel Sousa y la organización de la vieja escuela, quienes se sintieron identificados con ella para poder brindar una apertura a una oportunidad para todas por igual.
Recordó que la belleza pasa y lo que queda es la inteligencia y lo que se puede lograr con ella, manteniendo la integridad como mujer y sabiendo escuchar a quienes se han rodeado del medio.
