(Cornellà de Llobregat, Barcelona, 14 de mayo de 202 EFE / MundoUR). El Barcelona se proclamó este domingo campeón de LaLiga tras vencer al Espanyol en el RCDE Stadium en un derbi que se fisuró con el gol de Robert Lewandowski en el minuto 11 y que se resquebrajó con el 0-3 de la primera mitad (Alejandro Balde y otro del polaco) y con la diana de Jules Koundé tras el descanso.
El planteamiento local era discutirle el balón a los de Xavi Hernández y la receta colapsó. Los goles de Xavi Puado (1-4, min.73) y de Joselu Mato (2-4, min.92), anécdotas. El partido fue un monólogo del Barça, que no desaprovechó su oportunidad para atar el título. Los periquitos agotan peligrosamente sus cartuchos para salvarse.
El Espanyol avisó a los trece segundos con un disparo, desviado, de Joselu. Pedri puso la réplica a los seis minutos tras una jugada de Koundé. Ambos conjuntos calentaban motores en un derbi que arrancó con altas revoluciones. De todos modos, el suspense duró poco en el feudo blanquiazul.
Lewandowski, en el minuto 11, picó con precisión una asistencia de Balde, que superó por velocidad a su marcador. El Barcelona subía escalones hacía el título. De hecho, aunque los blanquiazules no renunciaban a pelear por el balón, no llegaban a los dominios de Ter Stegen con claridad.
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El derbi se pintó totalmente azulgrana pronto. En el minuto 20, Balde, de nuevo protagonista, puso el segundo de la noche. Superó la marca de Óscar Gil con sencillez, recibió un centro medido de Pedri, que desdibujó la defensa del anfitrión, y puso el 0-2 en el luminoso del RCDE Stadium.
El Barcelona era el dueño de la pelota y el Espanyol estaba encerrado en su campo. Los culés se gustaban en el verde blanquiazul y el anfitrión no enseñaba los dientes. El derbi parecía sentenciado y Lewandowski, otra vez y tras una asistencia de Rafinha, lo confirmó en el minuto 40.
En la reanudación, el atropello azulgrana continuó. No sirvieron de nada los dos cambios del anfitrión al descanso, ya que su rival puso el cuarto en el 53. Koundé se sumó al festival peinando con la cabeza un centro teledirigido de De Jong. Por si había alguna duda, LaLiga ya era del Barça.
Los de Xavi Hernández quitaron el pie del acelerador, aunque su superioridad seguía siendo clara. Los blanquiazules no presentaban credenciales para remontar. Además, Ter Stegen, en las pocas incursiones del Espanyol, como dos un uno contra uno de Nico Melamed y Puado, se mostraba imperial bajo palos.
Las alegrías par para los de Luis García llegaron muy tarde. En el 73, Puado picó el balón por encima del portero alemán y, tras consultarlo con el VAR, el 1-4 subió al marcador. Joselu, en el descuento, puso el segundo sobre la bocina, algo que maquilló el luminoso, aunque poco más. Un oasis en el dominio del Barcelona.