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jueves, marzo 28, 2024

Con un ojo en Hong Kong y otro en Pekín vota pequeña isla de Taiwán

TAIPEI.- Los taiwaneses acudieron este sábado a votar teniendo muy presente lo sucedido el último medio año en Hong Kong y claramente divididos entre los que opinan que un vínculo más estrecho con China ayudaría a mejorar la inserción internacional de la isla y los que piensan justamente lo contrario.

En un recorrido por los colegios electorales de Taipei Efe pudo constatar hoy la división de la sociedad taiwanesa, que tiene mucho también de generacional: los jóvenes se decantan más por la postura anti-china mientras que los mayores prefieren cuidar la relación con los «parientes» del gigante continental.
La paz y la seguridad, además de la situación económica y la democracia, son las variables que casi todos citan a la hora de explicar su voto, tanto si esas razones les llevan a decantarse por la actual presidenta, Tsai Ing-wen, o por su principal rival, el candidato del Kuomintang, Han Kuo-yu.
Pero todos coinciden en que se trata de unos comicios cruciales para el país, que marcarán su futuro en un momento que perciben como especialmente inestable.
«Taiwán es una pequeña isla y tenemos que tener una buena relación con China, lo que beneficiará a la economía y a la gente», opina Daniel Chan, un hombre de negocios de mediana edad, que acudió a votar por Han a un colegio electoral del centro de la capital con su hija pequeña.
A su juicio, si Taiwán tiene mala relación con China, la gran fortaleza económica del gigante asiático «beneficiará a otros países».
Chan no se fía de las encuestas, que predicen una ventaja de 20 puntos para Tsai, y asegura que los medios de comunicación «están todos controlados por el Gobierno» o por la formación de la actual presidenta, el Partido Progresista Democrático (PPD).
De opinión totalmente opuesta es Mei Shen, una estudiante de Bellas Artes, de 20 años, que acudió hoy por primera vez a votar, al igual que otro millón de nuevos votantes entre sus compatriotas.
«Los jóvenes pensamos que China no es amigable con Taiwán, controla nuestra economía y muchas otras cosas. Tener buenas relaciones con ella no es una buena opción para nuestro futuro», afirma esta joven que, junto a otros compañeros de clase, pospuso su viaje de estudios al extranjero para poder votar hoy.
Shen, que confiesa haber votado por Tsai, recalca que Taiwán y China «son dos países distintos» y destaca que con la actual presidenta la economía «va mejor», además de los avances sociales logrados como el matrimonio homosexual, el primero en Asia, aprobado en 2019.
Otra joven, esta en la treintena, Lisa Hiuda, que trabaja en una empresa tecnológica, explica que ha votado por el candidato del Kuomintang porque quiere que sus hijos «tengan una competencia global en un país conectado internacionalmente» y porque «la economía, la educación y la cultura, no es tan buena como era».
«Tenemos mucha más libertad que la China continental, espero que mantengamos eso, pero en el futuro debemos tener más conversación con China, basada en la igualdad entre dos países diferentes», señala esta joven, que acudió a votar acompañada por su marido y su hija de apenas un año.
Hiuda lamenta que los turistas chinos -hasta ahora los principales en la isla- hayan dejado de visitar Taiwán en los últimos años y asegura que la tienda de comida rápida de su marido «fue cerrada 24 horas sin ningún motivo» porque ambos votaban a Han.
Un ejemplo paradigmático de la división de la sociedad taiwanesa lo ofrece la familia Chen, que acudió a votar cerca del mediodía a un colegio del centro de la ciudad.
Huan Chen, la esposa, trabaja en una agencia de viajes y reconoce haber votado a Han porque le parece «un mejor candidato para mantener la paz» en el país.
«En el futuro probablemente seremos un solo país como Alemania, cualquier opción es buena mientras mantengamos la paz, no quiero que acabemos como Hong Kong, donde ha habido muchos problemas»
Por el contrario, su marido, George Chen, al igual que los dos hijos del matrimonio, votan por Tsai, porque no creen «que mantenerse cerca de China sea un buen camino» además de que no les gusta «el régimen de partido único».
«En cultura soy chino, pero en política soy taiwanés. Por muchas razones no creo que mantenerse cerca de China sea un buen camino, Taiwán es una China libre, la China oceánica, no continental, queremos estar abiertos al mundo», dice este antiguo periodista y ahora arquitecto, de 52 años.
Con todo, no hay grandes problemas familiares por la diferencia de opiniones que -apuntan ambos- se extienden a padres, suegros, sobrinos y primos, aunque en el resto de cuestiones «la que manda sea ella, pese a lo que era antes tradicional en Taiwán», asegura George. EFE

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