Telescuela, iniciativa de los 60 que vuelve a Portugal por el coronavirus

LISBOA.- La suspensión definitiva de las clases presenciales para alumnos de hasta 16 años ha llevado a las autoridades de Portugal a recuperar la Telescuela, lecciones por televisión nacidas durante la dictadura salazarista que permitirán ahora que 850.000 menores no pierdan el curso por el coronavirus.
El rescate de estas clases llega como complemento a la enseñanza a distancia que se realiza en el país desde que el Gobierno suspendió las aulas presenciales a mediados de marzo, una restricción necesaria para proteger a los menores, pero sobre todo para limitar la transmisión del virus a través de ellos.
Más de un mes después, cuando Portugal suma 730 fallecidos y cerca de 21.000 contagiados, el Gobierno ha decidido que los menores de 16 años no volverán a clase lo que queda de curso, extendiendo así la provisionalidad de la enseñanza a través de internet al tercer trimestre, que arrancó oficialmente el 14 de abril.
El problema es que no todos tienen acceso a la tecnología necesaria para llevar este nuevo ritmo: concretamente, algo más del 5 % de las familias con hijos de hasta 15 años no tienen internet en casa, según el Instituto Nacional de Estadística.
Por ello se recupera la Telescuela, un proyecto nacido en 1965, durante la dictadura salazarista, que ha sido renombrado como #Euestudoemcasa (Yo estudio en casa) y comienza a emitirse este lunes por el canal público RTP Memória.
«Es una respuesta pensada para los alumnos que aún no tienen acceso a internet. Teníamos que trabajar para los alumnos que pueden acceder a través de la Televisión Digital Terrestre y garantizar una parrilla que permitiese acceder a los contenidos, habiendo, por ejemplo, varios hermanos en la misma casa», ha explicado el secretario de Estado de Educación, João Costa.
El Gobierno subraya que es un modelo diferente al aplicado en el periodo pre-democrático, pero en lo esencial se mantiene el sistema, que podrá dar clase a 850.000 alumnos como complemento, insisten las autoridades, a la formación que los estudiantes reciban por otras vías y el acompañamiento de sus profesores habituales.
Las televisivas clases, de media hora, comienzan a las 09.00 para los más pequeños y suben progresivamente de nivel -cambiando los docentes- hasta dar contenidos para los mayores hacia el final de su emisión, a las 17.30.
En total, cada curso tiene una hora de clase, dividida por un breve descanso. La primera lección, hoy, ha sido de portugués para el nivel más bajo de primaria, con alumnos de 6 años.
Hasta 112 profesores participan en esta iniciativa. Proceden de seis escuelas públicas y dos privadas y se apoyan en «powerpoints» para dar sus contenidos en ciencias y letras ante las cámaras, lo que ha supuesto también un reto para los docentes, que no son «estrellas de televisión», según ha subrayado el secretario de Estado de Educación.
La vuelta del formato ha generado además cierta nostalgia entre muchos portugueses adultos que aprendieron con la Telescuela en su infancia.
Estas clases nacieron en 1965 para mantener escolarizados a menores que en aquel momento dejaban las clases por limitaciones económicas o dificultad para desplazarse a la escuela por «una deficiente red de transportes», según recuerda la cadena pública RTP, que realizó aquellas emisiones.
La situación llevaba a que en el Portugal rural «muchos abandonasen la escuela tras cuatro años de estudios» de primaria, algo que palió la Telescuela, que se retransmitía de lunes a viernes, entre las 14.00 y las 19.00.
Las lecciones de la televisión eran luego completadas por profesores e incluso libros adaptados a las emisiones que se entregaban gratuitamente a los alumnos el primer día de clase.
El sistema permitió a «miles de alumnos» completar su formación y su éxito fue tal que siguió emitiéndose mucho después del fin de la dictadura en 1974, teniendo su última retransmisión en 1987, aunque hasta el año 2000 continuaron haciéndose vídeos de este tipo que eran enviados a las escuelas para su visionado en clase.
EFE