Londres, 1 dic (EFE).- El primer ministro británico, Boris Johnson, defendió este martes su plan de restricciones de tres niveles para contener la covid-19 al afirmar que el Reino Unido no puede «relajarse» a la espera de que llegue la vacuna.

Johnson abrió el debate en la Cámara de los Comunes (baja) antes de que los diputados voten hoy – sobre las 19.00 GMT – las distintas restricciones que se aplicarán en Inglaterra a partir de este miércoles, una vez que termine esta medianoche el confinamiento impuesto el 5 de noviembre.

La oposición laborista anticipó que se abstendrá en la votación y algunos diputados conservadores amenazan con hacerlo en contra, en descontento con las diferentes restricciones que se aplicarán en distintas áreas, con consecuencias económicas para la población.

En base a ese plan de tres niveles -medio, alto y muy alto- el 99 % de Inglaterra estará sujeto a los dos máximos grados de alerta, a fin de contener la propagación del coronavirus.

Las otras regiones británicas -Escocia, Gales e Irlanda del Norte- aplican otras medidas restrictivas.

En su declaración, el primer ministro conservador insistió en que la población «no puede permitirse relajarse» hasta que una vacuna reciba la aprobación de los reguladores.

«Tenemos que ser realistas -señaló- y aceptar que esta vacuna no está aquí todavía, ninguna vacuna» y, «si bien todas las señales son prometedoras y casi todos los científicos con los que he hablado están de acuerdo en que el progreso seguramente llegará, no tenemos todavía una que haya obtenido la aprobación de los reguladores».

El jefe del Gobierno avisó de que nadie está totalmente seguro de cuándo esa aprobación llegará, pero hasta que eso ocurra, el país no puede suavizar las medidas de control, especialmente porque quedan por delante los fríos meses del invierno boreal.

El virus «no ha sido erradicado», subrayó Johnson, y destacó que las restricciones aplicadas hasta ahora han evitado que la Sanidad pública (NHS, en inglés) se viera saturada y se pudiera reducir el  R, el número reproductivo de la enfermedad que indica a cuánta gente puede contagiar una persona infectada de covid-10.

Los científicos estiman que el R está actualmente en el Reino Unido entre el 0,9 y el 1.

«Con una propagación variada de la epidemia en todo el país, hay razones para aplicar los niveles por áreas en Inglaterra», puntualizó el primer ministro.

El Reino Unido ha comprado dosis de la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca, así como la de la empresa estadounidense Pfizer y su socio alemán BioNtech y la estadounidense de Moderna.

En tanto, el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, dijo en los Comunes que sin un sistema de rastreo para aislar los casos de contagios que funcione adecuadamente, hay un riesgo de que el plan del Gobierno no pueda controlar el virus este invierno, con consecuencias económicas para muchas comunidades.

Este nuevo sistema de restricciones contra la pandemia terminará el próximo 3 de febrero, después de que varios diputados conservadores cuestionasen su eficacia pues temen que áreas de baja incidencia del virus deban ajustarse a normas más estrictas que las aplicadas en el confinamiento.