(París, 3 diciembre, 2020).- El ministro francés de Interior, Gérald Darmanin, explicó este jueves que su país ha expulsado a 66 de los 231 extranjeros en situación irregular que sus servicios tienen identificados como islamistas radicales.

En una entrevista a la emisora de radio RTL, Darmanin precisó que «una cincuentena» más están en centros de retención administrativa en espera de que se pueda llevar a cabo su expulsión y «una treintena» en arresto domiciliario.

En cuanto al resto, una parte han presentado recursos ante el Consejo de Estado o los tribunales administrativos y hay que esperar a que esas instancias se pronuncien y algunos han podido volver por propia iniciativa a sus países de origen.

El ministro explicó que las expulsiones en este momento se ven dificultadas por el cierre del espacio aéreo con muchos países y por las restricciones de viajes a causa de la epidemia de la covid.

En octubre, había dado instrucciones a los prefectos (delegados del Gobierno) para sacar del país a esas personas en octubre en plena polémica por la implicación de extranjeros radicalizados en los atentados yihadistas que han sacudido Francia este otoño.

Darmanin confirmó que esta tarde los prefectos van a empezar los «controles generalizados» de 76 mezquitas del país sospechosas de radicalismo islamista y aseguró que «si las dudas se confirman pediré el cierre».

Hizo hincapié en que esas 76 mezquitas suponen una ínfima parte de las 2.600 que hay en el país, pero también en que «hay que cerrar los centros de culto radicalizados».

Las sospechas se refieren en algunos casos a las actitudes o los discursos de los imanes que predican allí, al origen de su financiación, a la presencia de escuelas que ofrecen una formación integrista o de personas a las que los servicios secretos vigilan por apología del terrorismo. EFE